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Lavar la cara

El COI ofrece abrir sus puertas para enseñar los regalos a Samaranch

El Comité Olímpico Internacional (COI) ha comenzado una campaña de transparencia para dejar claro que el escándalo de los regalos y distintas ayudas dispensadas a miembros del máximo organismo por Salt Lake City, la ciudad norteamericana que ganó la organización de los Juegos de Invierno del año 2002, no le afecta internamente, y más en concreto al presidente, Juan Antonio Samaranch. Para ello, está dispuesto a enseñar los regalos archivados en su sede de Lausana procedentes de esa candidatura y de otras ganadoras en pasadas y próximas ediciones de los Juegos. Samaranch, de visita en Polonia, confirmó que si se confirma "el comportamiento censurable de algunos miembros del COI cargarán con las consecuencias y actuaremos muy rápidamente, el día 24".Franklin Servan-Schreiber, director de comunicación del COI dijo ayer: "Queremos clarificar completamente este asunto. El que quiera ver los rifles regalados al presidente por Salt Lake City, así como los presentes de otras ciudades, puede hacerlo". Samaranch ya señaló que él no vota en las elecciones de sedes y que, por tanto, no le afecta la regla para los miembros de regalos limitados a un precio de 150 dólares (22.500 pesetas). "En la mayoría de los casos no me podía negar a recibirlos", comentó. "Hubiese sido un feo o una ofensa para quienes lo hacían. Y están en el Museo Olímpico o en cuartos debidamente clasificados". El canadiense Richard Pound, uno de los vicepresidentes del COI y director de la comisión de investigación del caso, también ha comentado: "Para guardar todos los regalos protocolarios del presidente, depositados en las dependencias del Museo haría falta una casa de 200 hectáreas".

El COI ha enviado cuestionarios a los miembros implicados en el asunto, que según fuentes del propio comité organizador de la capital del estado de Utah movió 400.000 dólares (unos 60 millones de pesetas).

Patrocinadores

Mientras tanto, el máximo responsable de mercadotecnia del COI, Michael Payne, comenzó en Nueva York una serie de reuniones con patrocinadores para tratar de mantener o asegurar los contratos vigentes y futuros. Según informó ayer el Wall Street Journal, Payne se reunió el domingo con ejecutivos de la firma Hill&Knowlton, un gigante de las relaciones públicas, para crear un equipo y una estrategia de lavado de cara ante los acontecimientos. A lo largo de la semana, Payne tiene previsto reunirse con responsables de las 11 empresas estadounidenses que han invertido cantidades billonarias en el movimiento olímpico, pero de las que sólo dos, la fiel Coca-Cola, y Time Warner tienen firmados contratos para después de los Juegos de Verano de Sydney 2000.El escándalo de Salt Lake City ha supuesto un malestar evidente en los patrocinadores del teóricamente ejemplar olimpismo, soporte de valores puros y edificantes. El COI quiere salvar un honor y un negocio ahora en entredicho por culpa de algunos de sus miembros.

Ayer mismo, el anterior presidente del comité organizador de Salt Lake City, Tom Welch, que debió dimitir por un caso de maltrato a su mujer, desmintió haber comprado votos, pero admitió haber enviado 50.000 dólares (unos 7.500.000 pesetas) al miembro Jean Claude Ganga para el desarrollo del deporte en la República del Congo, 5.000 (unas 750.000), al holandés Anton Geesink para su fundación humanitaria y 10.000 (aproximadamente 1.500.000) al chileno Sergio Santander "para una campaña municipal". Ayer, sólo éste había desmentido haber recibido dinero alguno.

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