Primeros progresos en el conflicto que divide a la NBA
El conflicto laboral que enfrenta a los patronos y los jugadores de la NBA tomó ayer un giro positivo, según las declaraciones de las dos partes. Aunque las diferencias son considerables, los jugadores han reconocido que por primera vez se han acercado las posturas.
Después de varias semanas infructuosas, los propietarios y el sindicato de jugadores se reunieron en secreto en un lujoso hotel de Manhattan. Al parecer, las empresas están dispuestas a rebajar la dureza de sus posiciones con respecto a los límites salariales, que los clubes quieren que sean estrictos, sin posibilidad de aplicar la denominada excepción Bird. Esta regla permite a los equipos renovar los contratos, sin ningún limite salarial, a aquellos de sus jugadores que terminan su relación laboral.En estos momentos, el núcleo central de la discusión se basa en la entrada en vigor de un impuesto de lujo en los contratos de mayor cuantía económica. Los jugadores pretenden que el impuesto se aplique sobre aquellos contratos que superen los 18 millones de dólares al año (unos 2.500 millones de pesetas). Los propietarios quieren situar este impuesto en aquellos contratos que superen los 2,5 millones de dólares (unos 350 millones de pesetas). La diferencia entre las dos posturas es abismal, pero al menos los clubes y los jugadores discutieron sobre una de las principales cuestiones en conflicto.
"La buena noticia es que estamos hablando sobre las misma cosas", declaró Danny Schayes, uno de los jugadores que participan en la mesa de negociaciones.
En cualquier caso, las posibilidades de un pronto comienzo del campeonato son escasas. Tras la suspensión de las dos primeras semanas de Liga, la lentitud en las negociaciones lleva a pensar que la anulación se extenderá a todo noviembre.
La próxima reunión se producirá hoy, con los aspectos económicos como tronco central de unas negociaciones que ya duran cuatro meses.
