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El equipo de "Al filo de lo imposible" eleva las cotas de riesgo y audacia

Rosario G. Gómez

Con mayor calidad de imagen y sonido y arriesgadas aventuras, Al filo de lo imposible vuelve el próximo domingo a La 2. Serán 19 capítulos, en los que el equipo dirigido por Sebastián Álvaro ha descendido las aguas salvajes del Indo, se ha adentrado en las cuevas glaciares de Islandia y ha pisado el Polo Norte magnético. Los expedicionarios de Al filo de lo imposible, "conquistadores de lo inútil", según su responsable, mantienen vivo el espíritu de la aventura con un objetivo: elevar las cotas de audacia y la envergadura de los retos.

La nueva tanda de documentales se inaugura con un catálogo de intenciones. Sebastián Álvaro explicó ayer durante la presentación de los 19 capítulos inéditos la mentalidad de Al filo de lo imposible 15 años después de que el programa de TVE se adentrara en su primera expedición. Según Sebastián Álvaro, "la aventura es motor fundamental del progreso de la humanidad". Con esta declaración de principios, el equipo del veterano espacio documental perfila ya el reto del próximo año: culminar la ascensión de las 14 cumbres montañosas de más de 8.000 metros.Para alcanzar la hazaña queda sólo una cima por conquistar, la del Annapurna, macizo del Himalaya nepalí, de 8.080 metros. TVE será así la primera cadena que tenga en su archivo imágenes de las 14 cimas del mundo.

Imágenes "alucinantes"

Al margen de las expediciones de Al filo de lo imposible, Álvaro comentó en tono jocoso que "lo verdaderamente imposible es conseguir dinero para financiar el programa", y admitió que sólo una televisión pública que apuesta por la calidad es capaz de respaldar los esfuerzos de los aventureros. En la era de las imágenes por ordenador, el director del espacio subraya que "cada plano de Al filo es realidad".Pero las imágenes mandan. "De nada nos sirve meternos en un cenote si no tenemos imágenes", dijo Álvaro, quien prometió tomas sorprendentes en la próxima entrega. "Los espectadores van a alucinar. Ante todo, somos narradores de sueños y necesitamos la complicidad de los espectadores para imaginar que suben a una montaña de más de 8.000 metros", explicó.

En la etapa que se inaugura el domingo próximo (La 2, 21.00), Al filo de lo imposible ha escalado el Amín Brakk, una gigantesca pared perdida en un valle de Cachemira; ha tocado la cima del Gasherbrum, en la cordillera del Kakarorum; se ha adentrado en la montaña sagrada del Kailas y ha cruzado los Andes en globo. En algunas expediciones ha contado con la colaboración de la Escuela Militar de Alta Montaña de Jaca y la Brigada de Zapadores Paracaidistas. Uno de los capítulos más sorprendentes muestra la ascensión en globo aerostático hasta los 12.000 metros de altitud, donde la temperatura es de 57 grados bajo cero, mientras que en el interior de la vela del globo subía a los cien grados. Las cámaras han rodado saltos de alta cota en caída libre y vuelos en parapente desde el límite de la estratosfera.

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