Viaje al fondo de la gruta
A finales del mes de octubre la provincia de Málaga tendrá una nueva oferta para sus visitantes: el espeleoturismo. Las Cuevas de Nerja organizarán excursiones a las galerías altas, hasta ahora cerradas al público. Las visitas serán limitadas a fin de que la presencia humana no degrade el entorno: un grupo de no más de 12 personas -tres guías y nueve turistas- cada dos semanas. El patronato del monumento pretende dar a conocer así un patrimonio natural al que hasta ahora sólo habían tenido acceso científicos y espeleólogos. La zona abierta al público hasta ahora representaba sólo la tercera parte de la cueva. "No pretendemos hacer negocio. En realidad nos estamos creando un problema, pero creemos que hay que avanzar. A partir de ahora, las galerías altas estarán abiertas a todo el público. A lo mejor habrá que hacer una lista de espera porque las visitas deben ser limitadas. Pero somos partidarios de poner las cuevas en valor. Además, creemos que un uso racional puede ayudar a conservarlas", sostiene Antonio Rivas, gerente del patronato. Hay dos recorridos. Uno corto, que dura cuatro horas y cuesta 8.000 pesetas, y uno largo, de seis horas, que vale 12.000 pesetas. Rivas asegura que las tarifas apenas cubren costos. "Somos una fundación pública, no tenemos ánimo de lucro", recuerda. El precio incluye los equipos para descender a la cueva y un seguro. La zona que se abrirá al espeleoturismo -en donde hay pinturas rupestres- no ha sido adaptada justamente para mantener intacta su riqueza natural. Para apuntarse a esta actividad, además de pagar la correspondiente tarifa, hacen falta unas mínimas condiciones físicas, no padecer claustrofobia ni vértigos. "Pero no es necesario ser un atleta", aclara Rivas. Con medio millón de visitas anuales, las Cuevas de Nerja son el tercer monumento más visitado de España, después del Museo del Prado y la Alhambra. Las galerías altas suponen las dos terceras partes de la gruta. Su apertura al público cuenta con el visto bueno de la comisión científica de las cuevas y para dentro de 15 días se espera el informe final de la Sociedad Española de Espeleología. El dictamen, según se ha avanzado, será positivo. Esta organización ha sido justamente la que ha elaborado los itinerarios y ha instalado los equipos imprescindibles para el descenso. Tanto en la parte visitada de la gruta como en la que se abrirá a partir de octubre se han colocado sensores a fin de medir el impacto que provoca la presencia del hombre. Rivas aseguró que este sistema permitirá crear "un laboratorio subterráneo", ya que podrán compararse las mediciones obtenidas en ambas partes de la cueva. Los visitantes iniciarán el recorrido después de una charla en la que se les darán las indicaciones básicas para realizar la actividad. "La recomendación de los expertos era que entraran 10 personas, con dos guías. Nosotros hemos reducido los visitantes a nueve y aumentado a tres los profesionales. Creemos que un uso racional es compatible con la puesta en valor de este monumento", concluye el gerente.
