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Aznar hace un gesto de apoyo a Netanyahu en un momento difícil

Al presidente del Gobierno, José María Aznar, le gusta presumir de sus buenas migas con los líderes de otros países. Y ayer, en Jerusalén, se portó como un amigo con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, que atraviesa horas difíciles en el plano internacional y también en su propia casa. Aznar no sólo le invitó a Madrid -asistirá en noviembre a una feria de tecnología israelí- sino que evitó comentarios que se pudieran interpretar como una presión sobre el Gobierno de Israel para que desbloquee el diálogo con los palestinos.

El globo de una segunda conferencia de Madrid, inflado en los últimos días, se desvaneció en luminoso cielo de Jerusalen arrastrado por la dura realidad. Netanyahu, en el tono rotundo, claro y directo que le caracteriza, se quejó de que las iniciativas que plantea Israel se rechacen inmediatamente.Su propuesta, explicó, era que, una vez alcanzado un acuerdo con los palestinos, se reanudasen las conversaciones multilaterales. Y aprovechó la oportunidad para enviar un mensaje directo a la prensa: pidió respeto por los hechos e imparcialidad a la hora de analizar la realidad de Oriente Próximo, y mantuvo que si todavía no hay acuerdo la culpa es de los palestinos.

"La paz está cerca, muy cerca, si los palestinos cumplen con su parte del acuerdo", afirmó Netanyahu. "No quiero hacer públicas, en este momento, las negociaciones que mantenemos con Estados Unidos pero creo que cualquiera que analice con honradez lo que Israel ha hecho en las últimas ocho semanas, y contemple lo que los palestinos se niegan a hacer, no sólo en las últimas ocho semanas, sino en los últimos cinco años, llegará a una conclusión: Israel está dispuesto a continuar [las negociaciones] y los palestinos no". El primer ministro israelí dijo que desea una paz basada en la "reciprocidad, en el cumplimiento palestino de los acuerdos".

Elecciones generales

Netanyahu, que aseguró que nada ni nadie, ni dentro ni fuera de Israel, le moverán de su objetivo de "paz con seguridad", había recibido esa misma mañana un golpe político. El presidente del Estado de Israel, Ezer Weizman, solicitó la convocatoria de elecciones generales para despejar el ambiente político, enrarecido por la idea manejada por Netanyahu de someter a referéndum el plan de retirada israelí de Cisjordania.Netanyahu y Aznar han mantenido, entre el domingo y el lunes, dos largas entrevistas. Aznar, en la rueda de prensa conjunta, tras afirmar, solemnemente, que "España apoya una paz justa, global y duradera" en la región, sintió la necesidad de responder a las críticas sobre la oportunidad de su viaje a Israel, en un momento de quiebra del proceso de paz. Citó tres consideraciones: que Israel "es el principal socio comercial de España en esta región", la necesidad de reforzar el diálogo mediterráneo, donde España e Israel trabajan juntos, y el proceso de paz. Lo importante, concluyó, no es hacer "grandes operaciones de propaganda, sino que quienes tienen que arreglar el asunto, lo arreglen".

Aznar, que el domingo en El Cairo estuvo algo más explícito al pedir que se cumplan las resoluciones de las Naciones Unidas, se respete la integridad territorial y la seguridad de los Estados y los derechos del pueblo palestino, se entrevistará hoy con el presidente palestino Yasser Arafat, en la franja de Gaza. El último acto del presidente español antes de tomar el avión de regreso a Madrid será una visita a un campo de refugiados palestinos en Gaza, que fue incluida en el programa oficial en el último momento.

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