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La creación de una Unión de Parados provoca las primeras discrepancias en el congreso de UGT

La unanimidad sin fisuras con que se venía desarrollando el 37º congreso de UGT se quebró ayer, al abordar la constitución de una Unión de Parados dentro del sindicato. Algunas federaciones mostraron sus discrepancias con la iniciativa y ello provocó que el líder de la central, Cándido Méndez, tuviera que convocar precipitadamente a todos los secretarios generales de federaciones y territorios para intentar sacarla adelante. En cambio, no hubo problemas en decidir que UGT exigirá una ley para aplicar la jornada laboral de 35 horas semanales en el año 2000.

El congreso ugetista abandonó ayer la artificial unanimidad con que había discurrido en las dos primeras jornadas. Uno de los desacuerdos surgió en la constitución de una Unión de Parados, que había sido puesta en tela de juicio por un sector amplio en los debates en comisión.José Álvarez, el líder de Cataluña, argumentó que allí ya tienen una estructura para demandantes de primer empleo. La Federación -de Servicios Públicos también cuenta con una bolsa de parados. La formación aparte de una Unión de Parados les restaría parte de sus afiliados y, en consecuencia, poder. Su alternativa era abrir un registro para desempleados en las uniones territoriales, en coordinación con las federaciones de industria, pero sin estructura propia.

Sin embargo, apostaron muy fuerte por una organización específica de parados Cándido Méndez y los miembros de la dirección Toni Ferrer y Alberto Pérez, apoyados por Metal, Construcción y Asturias, entre otros. Creen que hay que dar soluciones a los trabajadores que buscan primer empleo y a los parados de larga duración, que ahora conectan mal con las federaciones. Los parados sin subsidio que se integren en la unión pagarán una cuota simbólica de 125 pesetas al mes.

Otro frente que se abrió fue la composición de la ejecutiva, que parecía decidida a primera hora de la mañana con la incorporación de Teodoro Escorial (Construcción), Dolors Hernández (Cataluña) y Ana Ruiz (FSP) y a mediodía se puso en tela de juicio. La oposición en este caso se planteó porque algunos dirigentes creyeron que se daba excesivo poder a la FSP con la presencia de Ana Ruiz y Pedro Díaz Chavero. A las siete de la tarde se decidió que excluir a Ruiz y sustituirla por Josefa Solá, de la Federación de Servicios (FES).

Con la cuota femenina se ha apostado por una fórmula descafeinada. Los estatutos recogen solamente a modo de recomendación que los órganos directivos tengan una presencia de mujeres del 20%.

En política sindical sí ha habido unidad y el congreso aprobó que, una vez acabe la negociación abierta con la patronal CEOE sobre la reordenación de jornada, y haya o no acuerdo, UGT exigirá al Gobierno y a los partidos políticos una ley para fijar la jornada laboral en 35 horas semanales. A esa demanda sumarán la de eliminación de las horas extraordinarias, también dirigida a que se favorezca la creación de empleo.

Otra resolución importante se refiere a la regulación de la huelga. El sindicato quiere recuperar el fallido pacto por el que la fijación de los servicios mínimos esenciales para. la comunidad se debe realizar antes de que surja el conflicto.

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