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GENTE

BESO A LA INSUMISA

José María Ruiz-Mateos se fue de carnaval por Bilbao. En carne y hueso y paseando su cuerpo y un maletín oscuro, el hombre de la abeja no iba vestido de Superman ni llevaba tartas en las manos. Se disfrazó de sí mismo, que no es poco. Eso sí, maquillado. Ruiz-Mateos se desdibujó entre la gente que acudió el pasado sábado a la bajada de carnaval que tradicionalmente organizan las comparsas bilbaínas. Y fue a topar con los antimilitaristas, que este año salieron a la calle disfrazados de ciudadanos harapientos por efecto de unos gastos militares que amenazan con empobrecer a la población. Toda una carga. No se conoce la vinculación del ex presidente de Rumasa con los insumisos, pero a ellos se arrimó, como el que se arrima al sol que más calienta. Una de las menesterosas, embarazada de mentira ella, le pidió, con los ojos marcados por la pobreza, dinero para el niño que llevaba en sus entrañas. El populista Ruiz-Mateos no se lo pensó dos veces y sacó un fajo de billetes y avanzó un billete de 1.000 pesetas. La insumisa se le colgó del cuello y le estampó un beso como quien estampa una tarta a un ministro de Economía. Ruiz Mateos se derritió por segundos, y en ese tono característico e imposible de reproducir por escrito dijo: "Ese beso no tiene precio".-

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