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GENTE

LA SANGRE DE PLÁCIDO

"Llevo el vals en la sangre y mis padres cantaban muchas operetas". Poniendo así de relieve sus orígenes artísticos afines a lo más tradicional del espíritu vienés, el tenor español Plácido Domingo argumentó su firme deseo de tener el honor, un 1º de enero de algún año, de dirigir personalmente el Concierto de Año Nuevo de la Orquesta Filarmónica de Viena. En su memoria le queda como el mejor recuerdo el concierto dirigido por el argentino Carlos Kleiber, si bien aprecia por su ligereza el estilo de Zubin Mehta. El director de orquesta indio se lucirá al frente de los músicos filarmónicos y de los Niños Cantores de Viena en el primer espectáculo de valses de 1998, que se esparcirá como cada año por el mundo entero vía satélite. La exclusiva orquesta vienesa se ha visto obligada este año a reformar sus estatutos a fin de permitir la entrada de talentos musicales femeninos, para alegría de Plácido Domingo, quien consideraba insólita la selectividad masculina. "Si yo fuese austriaco, fundaría una filarmónica de mujeres", dijo el tenor hace unos meses. Ahora ya no hace falta, aunque del dicho al hecho hay un trecho, y las mujeres, a pesar de los estatutos, todavía brillan por su ausencia en la apertura musical de 1998.-

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