Clinton dice que el problema racial es mas complejo hoy que hace 40 años
Bill Clinton tenía 11 años cuando ocurrió, pero quedó marcado para siempre. Ahora, 40 años después, Clinton ha rendido homenaje en la capital de Arkansas a los héroes de aquella historia -los Nueve de Little Rock- que no sólo cambió al que terminaría siendo presidente de EE UU, sino a todo el país. Pero Clinton ha tenido la lucidez de subrayar que los conflictos raciales son ahora mucho -más complejos y que no han sido erradicados.
El 25 de septiembre de 19571 nueve chicos y chicas negros pisaron por primera vez en Little Rock un centro universitario blanco del surestadounidense. Sólo pudieron hacerlo bajo la protección del millar de paracaidistas enviados por el presidente Dwight Eisenhower,para romper la resistencia del gobernador de Arkansas, el racista Orval Faubus, y la mayoría del claustro y el alumnado del Central High School.Fue la primera vez que el Gobierno de Washington impuso militarmente a un Estado del sur la "integración" de los negros. En los años siguientes hubo muchos otros incidentes y no pocas muertes, entre ellas la de Martin Luther King, pero todo terminó con la abolición de la separación formal entre negros y blancos.
Clinton se crió en ese ambiente de discriminación. Las aulas de Hot Springs, a unos 90 kilómetros de Little Rock, en las que estudió, las piscinas donde nadó, los auto
buses en que viajó y los lavabos y hasta fuentes públicas que usó, estaban reservados para los blancos.Pero impresionado por la historia e los Nueve -"fue Little Rock lo que hizo de la igualdad racial una obsesión que guía mi vida"-, Clinton, como gobernador de Arkansas y presidente, ha promovido como pocos la presencia de negros, hispanos y asiáticos en la cúpula del Gobierno.
Un 60% de negros
El central High School de Little Rock cuenta hoy con un 60% de alumnado negro y en el homenaje a los Nueve han participado durante el fin de semana miles de jóvenes y adultos de las dos razas.
"Hace cuarente años" dijo Clinton frente a los Nueve, "ellos subieron estos escalones, pasaron a través de esta puerta y cambiaron esta nación.Todos debemos estarles agradecidos.Con su valor y su inocencia,cosiguieron más liber-
tad para todos, también para mí y ara todos los blancos".
Los Nueve de Little Rock merecen todo un monumento. A los insultos de la multitud racista que tuvieron que soportar cuando, rodeados de bayonetas, entraron por primera vez en el edificio de ladrillo amarillo del Central High School, siguieron durante los meses y años siguientes multitud de provocaciones cotidianas por parte de sus profesores y compañeros. Pero, tal como había sido aleccionado por sus padres y por los líderes del movimiento negro por la igualdad, nunca respondieron, tragaron amarga quina hasta completar brillantemente sus estudios.
Aquella forma brutal de discriminación ya no existe hoy en EE UU, pero el país sigue marcado por su triple pecado original: el genocidio de los indios, la esclavitud de los negros y el expolio de los territorios hispanos del Caribe, el sur y el Pacífico.
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