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MATANZA EN JERUSALÉN

Dos palestinos suicidas provocan 14 muertos en un mercado de Jerusalén

La doble acción suicida aparca otra vez el proceso de paz al ahondar el recelo hacia los palestinos

"He visto trozos de cuerpos humanos volando por el aire", aseguró ayer un tendero del mercado popular de Majané Yejuda, en pleno centro de Jerusalén, donde a la una y media de la tarde (las doce y media, hora española) dos suicidas palestinos de Hamás hicieron estallar dos bombas, que mataron a 14 personas e hirieron a otras 150. El atentado llevó al primer ministro, Benjamín Netanyahu, a suspender las negociaciones de paz con la Autoridad Palestina.

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Las dos explosiones, con un intervalo de menos de cinco segundos, se produjeron en una de las calles adyacentes al edificio del mercado, donde se alinean normalmente los tenderetes de verduras, legumbres y frutas. El atentado coincidió con la hora de mayor afluencia, por lo que alcanzó a numerosos comerciantes, clientes y viandantes, algunos de cuyos cuerpos quedaron absolutamente destrozados y esparcidos por el suelo, formando con los restos de melones destripados, tomates pisoteados y coles aplastadas una patética alfombra de sangre y miedo."Esperamos que la Autoridad Palestina y su líder empiecen a luchar contra el terror tal y como se comprometieron a hacerlo y como no han hecho hasta ahora", manifestó el primer ministro, israelí, Benjamín Netanyahu. Hasta entonces, Israel ha decidido suspender los contactos políticos. Al condenar el atentado, el presidente de EE UU, Bill Clinton, pidió también a Arafat medidas concretas contra el terrorismo. El líder palestino respondió de inmediato con la condena rotunda del atentado, la declaración del estado de emergencia en su territorio y la orden de detención de numerosos miembros de grupos extremistas, en especial de Hamás y Yihad Islámica, conocidos por su oposición al diálogo.

Clinton y la UE coincidieron en la necesidad, ahora más urgente que nunca, de reanudar con brío las negociaciones que permitan reconstruir el proceso de paz.

El atentado desata la rabia israelí contra los árabes

El grupo extremista palestino Hamás, enemigo de las negociaciones con Israel y autor de otras acciones sangrientas en el pasado, se atribuyó la responsabilidad del atentado por medio de un fax enviado a una agencia internacional de noticias. Hamás amenazó con nuevos atentados si no se libera a varios terroristas y dirigentes presos en Israel. La desconfianza hacia los palestinos que, sin duda, ahonda entre los israelíes este nuevo atentado, aparca una vez más el renqueante proceso de paz."Muerte a los árabes, muerte a los árabes..." volvían a corear sin cesar los ortodoxos, mientras que en fa calle principal del mercado, se abría el cordón de la policía para dejar paso a otra camilla cubierta con una sábana blanca, debajo de la cual se adivinaba el cuerpo de un muerto o de un herido camino de la ambulancia.

La misma mirada de indignación, terror y miedo que tenían ayer los vecinos del mercado de Majané Yejuda se podía leer en el rostro de varias decenas de jóvenes árabes que fueron detenidos en las zonas cercanas del mercado, y a los que provisionalmente se les concentraba en una acera, a la sombra, bajo unas arcadas de la avenida Jaffa. Permanecían en silencio, algunos con las manos en la cabeza, sentados en el suelo, vigilados de cerca por un grupo de soldados que les apuntaban con los cañones de sus fusiles.

Las primeras expresiones de condolencia y dolor no tardaron en llegar ayer a Jerusalén, especialmente la del presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat, quien habló telefónicamente con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, así como con el presidente, Ezer Weizman, a quienes presentó, sus condolencias. Pero las palabras de Arafat no fueron ayer bien recibidas en la jefatura del Gobierno israelí, desde donde David Bar-lllam, uno de los. portavoces del Ejecutivo, criticó a las autoridades palestinas de utilizar un doble lenguaje y de "guiñar el ojo a los terroristas". Netanyahu convocó de inmediato una reunión de emergencia de su Gabinete.

Pero más allá de las condenas las autoridades israelíes decidieron ayer, como primera medida, cerrar los territorios autónomos de Cisjordania y Gaza, impidiendo de esta manera a sus habitantes desplazarse hasta Israel o al Jerusalén oriental. Se trata de un castigo colectivo que impedirá a 65.000. empleados palestinos acudir a sus puestos de trabajo.

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