El Olympikos aniquila al Barça
El equipo azulgrana perdió su quinta final en un segundo tiempo en el que no existió
El Barcelona puso punto seguido a su leyenda negra con un segundo tiempo en el que no existió y fraguó su quinta derrota en una final de la Euroliga. Fue la de ayer en Roma una derrota en toda su extensión, inapelable. El Barcelona, después de un primer tiempo en el que empezó superando y siempre trató de tú a tú al Olympiakos, desapareció por completo. La suma de datos negativos lo sepultó. Los argumentos tácticos, la condición física de varios jugadores y el mal día de otros, alguno de ellos tan vitales como Djordjevic, Fernández y en menor medida Dueñas, le privaron al Barcelona de la más mínima oportunidad. El Olympiakos jugó en campeón prácticamente desde que abrió una brecha de diez puntos (29-39), en el minuto 23.No tuvo remisión posible el Barcelona en un segundo periodo con un parcial de 42-29 y en el que capturó 12 rebotes menos que su rival y en el que encajó 28 tiros libres, pese a que los griegos fallaron nada menos 13 intentos más. Demasiadas concesiones para un Olympiakos tan metódico y calculador, tan bien manejado por Rivers desde dentro de la cancha e lvkovic desde el banquillo.
El Barca puede hacer constar como descargo su nefasta suerte al haber llegado a ella con Andreu con una importante lesión que lastró por completo sus posibilidades y el golpe que provocó que Karnisovas tuviera que dejar por algunos momentos la pista cuando mejor estaba jugando. Pero los errores propios estuvieron muy por encima de las desgracias. El Barca perdió la partida en todos los aspectos del juego sin que ni su funcionamiento como equipo ni alguno de sus jugadores lograra redimirle. Jiménez se quedó muy solo en su encomiable lucha bajo los aros. Rivas le había acompañado pero quedó fuera de combate muy pronto, apenas empezada la segunda parte. Lo pagó muy caro el Barcelona que a partir de ese momento quedó ya a merced del poderío físico de Fasulas y Tarlac.
El Barça había comenzado bien. Rivas fue un coloso y Jiménez fue certero en su visión de los agujeros defensivos de la barrera formada por Fasulas y Tarlac. El Olympiakos no se encontró a gusto en la pista. El Barcelona empezó a sentirse incómodo ante el ritmo lento, desesperadamente lento, que impuso el Olympiakos. Antes al contrario. Fue Rivers con un par de robos de balón el que hizo despertar el ataque de los suyos. Andreu acabó jugando pero claramente mermado. Para colmo de desgracias, Karnisovas, que superó con un par de triples la feroz defensa de un especialista como Sigalas, sufrió un golpe que le apartó del juego por varios minutos (16-10).
El Barça se defendió como gato panza arriba. Pero quedó demasiado expuesto a los daños de Rivers y la batalla física bajo los aros cuando Aíto dio descanso a Rivas, Jiménez. Los griegos empezaron a forzar tiros libres y a encontrarse a gusto en la ceremonia de la confusión que se celebró bajo los tableros. El signo del partido empezó a cambiar (18-21 y 22-28). La entrada de Papanikolau y Tomic acabó de dar el golpe de timón al partido. Amplió el radio de acción de la línea de pívots del Olympiakos y el Barcelona no encontró soluciones.
Lo peor estaba por llegar. Tras el descanso (29-31), el equipo gnego acabó por descubrir el Pal día de Djordjevic -seis puntos con una serie de 2 de 11- y la absoluta carencia de munición de Fernández -sólo efectuó un lanzamiento que no anotó en los escasos 15 minutos en que actuóLa batalla bajo los aros, de esa forma, se decantó como era previsible en favor del Olympiakos. Diríase que el Barça se rebautizó ayer como el Poulidor del baloncesto. Siempre está en el podio pero nunca gana el Tour.
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