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GENTE

FAMILIA DE COLEGAS

Arrojaron juntos, ambos, padre e hija, la gorra al aire, con la atenta mirada de un alumno que dentro de un año también hará lo mismo. Era su hijo y hermano. Entre los 112 nuevos inspectores de policía que recibieron ayer sus despachos en la escuela de policía de Avila estaba Antonio Romero Camarena, de 54 años, que ha conseguido el grado por promoción interna, y su hija Fátima Romero Bastante, de 26 años, nueva inspectora por oposición tras realizar dos cursos y uno de prácticas después de licenciarse en derecho. "Quiso venirse antes de terminar la carrera, quería ser policía desde pequeña, pero no la dejé hasta que no terminara los estudios", dice su padre, número uno de la octava promoción de la escala ejecutiva. Ciudarrealeño afincado en Barcelona desde hace 30 años en que ingresó en la policía, Romero Camarena ve cómo el segundo de sus hijos sigue los pasos de la hermana mayor, y otro también está dispuesto a hacerlo, de lo que se muestra "encantadísimo y orgullosísimo". Fátirna dice que "al principio resulta curioso estar en la misma clase con mi padre, pero simplemente la primera semana y luego ya es un compañero más".-

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