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FÚTBOL 24ª JORNADA DE LIGA

JB, el extraño

Toshack chocó con la prensa y la afición de La Coruña desde el día de su llegada al Deportivo

Xosé Hermida

Puede que sea mera apariencia, pero siempre ha dado la impresión de que con el fichaje de John Benjamín Toshack los dirigentes del Deportivo buscaban el antagonista perfecto de Arsenio Iglesias, el hombre que encarnó el mito del Superdepor. De Arsenio se censuraba su conservadurismo, su carácter hermético y un tanto sombrío, su escasa disposición a las proclamas triunfalistas o su actitud paternal ante los jugadores. Con Toshack se fichó una personalidad arrolladora, un tipo dicharachero que va de ganador, azuza a sus futbolistas criticándoles en público y no pierde ocasión de subirse a cualquier polémica. El paso del tiempo ha venido a demostrar que el cambio fue demasiado brusco. Toshack (JB o El Galés para los aficionados) no conectó nunca ni con la hinchada ni con los futbolistas ni con la prensa local, a la que se enfrentó ya el mismo día de su llegada a La Coruña. El propio entrenador lo confesó unos días antes de dimitir: "No hay divorcio con la afición porque nunca hubo matrimonio". A continuación se refieren algunas anécdotas que ilustran las vicisitudes de ese enlace que no se consumó.

Maldita canallesca. Toshack llegó a La Coruña haciendo amigos: se negó a hablar con los periodistas locales que le aguardaban en el aeropuerto y a las pocas horas concedió una entrevista exclusiva a José María García. Al día siguiente acudió a su presentación oficial acompañado de dos redactores de Marca, diario que esa misma mañana publicaba un extenso reportaje sobre las primeras horas de Toshack en La Coruña. El resto de informadores firmó una nota de protesta leída ante el entrenador y el presidente Augusto César Lendoiro, quien asistió estupefacto a la escena.

En los meses siguientes las ruedas de prensa derivaban en diálogos de este tenor:

-Toshack: "A vosotros también os conviene que el equipo siga en Europa porque así podéis viajar".

-Un veterano periodista: "Oiga que nosotros no necesitamos del Deportivo para ir de viaje".

-T. Es que creía que sólo viajábais con el Deportivo...

El pasado domingo Toshack abandonó por última vez el vestuario de Riazor, confirmó en directo a García que iba a renunciar al cargo y a continuación se negó a contestar ante los demás informadores a cualquier pregunta ajena al encuentro Deportivo-Celta. El ambiente se crispó hasta el extremo de que un periodista le espetó en voz alta: "Si bebes, no conduzcas".

Golf, pan y mantequilla. El recelo que despertaba Toshack contribuyó a frecuentes malentendidos, propiciados también por el peculiar castellano que habla el técnico. En el acto de su presentación el entrenador dedicó los habituales elogios a los encantos de la ciudad y añadió a modo de broma inocente: "Me voy a sentir muy a gusto aquí porque hasta tengo campo de golf. Aunque ya me he enterado de que ahí jugaba Franco y no sé si eso les parecerá muy bien a mis amigos de San Sebastián". La frase sin malicia se magnificó y hasta el club de golf mostró públicamente su malestar. Algo parecido ocurrió en vísperas de un partido con el Compostela, que Toshack definió como "de pan y mantequilla". Esa expresión se usa en inglés para referirse a un trabajo rutinario pero que es necesario cumplir a fin de asegurarse el sustento. Mucha gente interpretó que estaba diciendo que el rival era "pan comido". El Deportivo salió vapuleado de Santiago (4-0) y la frase quedó grabada en la memoria de la hinchada.

Con lluvia no se entrena. El galés suspendió un entrenamiento con la excusa de que llovía demasiado y los campos no estaban en condiciones. El asunto no tendría mayor importancia si no fuese porque para entonces ya eran conocidos los comentarios privados de algunos jugadores sobre la liviandad de los ejercicios que realizaban con Toshack. El técnico relegó al preparador físico José Angel Franganillo a funciones subalternas, como recuperar a los lesionados o hacer informes sobre los rivales más inmediatos. Frente a las críticas a este respecto, Toshack siempre alegó la precariedad de las instalaciones del club. Lo cierto es que el pasado miércoles, el nuevo técnico, Carlos Alberto Silva, se estrenó sin problemas con un entrenamiento de dos horas y media de duración.

Gin tonic y caña. Si Toshack era consciente de esa clase de comentarios, hizo poco para cuidar su imagen. En París, en vísperas de una semifinal de la Recopa, se presentó a una rueda de prensa, minutos antes de irse a dirigir un entrenamiento, con un, gin tonic en la mano. En Chipre atendió a los periodistas del hotel, en bañador y tomándose una caña. La imagen tuvo entre la hinchada un efecto como el de Ronaldo en los Carnavales.

Las cosas de Lendoiro. En medio de la hostilidad general, Lendoiro parecía el último asidero de Toshack. Pero la relación se torció desde el último verano. Ya en el primer partido de Liga se produjo un enfrentamiento semipúblico entre ambos que pasó prácticamente inadvertido. La FIFA había prohibido jugar a Mauro Silva después de que éste no acudiese a una convocatoria de la selección brasileña alegando pérdida del pasaporte. Lendoiro aprovechó para uno de sus conocidos aspavientos: hizo que la asamblea de socios autorizase la alineación de Mauro Silva. Pero el jugador no apareció en el equipo titular. Lendoiro adujo que así lo había decidido el entrenador. "Cualquiera. puede imaginar que ésa no ha sido una decisión táctica", refunfuñó el galés tras el partido. A partir de entonces, Toshack ya no se privó de hacer chanzas sobre los fichajes del presidente. "Tenemos más porteros que porterías", comentó en una ocasión. A Renaldo, a quien había comparado con Bebeto y Ronaldo, le dedicó un elogio envenenado: "Como juegue la mitad de lo que habla...".

Depresiones. Toshack vivió dos años en La Coruña encerrado en sí mismo, ajeno a la vida de una ciudad en la que apenas ha dejado amigos. Aprovechaba cada día libre para huir a su refugio de Zarautz (Guipúzcoa). Nunca llegó a tener una casa y residió todo el tiempo en ese ambiente de provisionalidad que se respira en los hoteles. Su soledad se acentuó en las últimas semanas. Tenía que tomar pastillas para dormir y confesaba en privado que su resistencia estaba llegando al límite. "Soy un ser humano", se quejaba. Cuando anunció la dimisión, en otra de sus confesiones a García, dijo: "Quiero irme de La Coruña cuanto antes".

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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