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El Madrid y el Deportivo se enredan

Los de Capello empatan en el último minuto con un gol del joven Víctor

El partido del verano acabó convirtiéndose en un espectáculo tedioso. Real Madrid y Deportivo aburrieron a las ovejas en un encuentro feo, carente de ritmo y donde los equipos se entregaron al servicio de sus defensas. Las expectativas eran enormes, por la entidad de los rivales, por los refuerzos que han incorporado a sus plantillas y porque siendo dos de los grandes favoritos para el título de Liga, en apenas 15 días tendrán que enfrentarse en la primera jornada.El ensayo sin embargo no puede considerarse un fiasco. Es verdad que el partido se movió siempre en el enredo, que nunca hubo fluidez en la circulación del balón ni en las transiciones de los equipos. El balón viajó casi siempre sin sentido por el aire, sin que ninguno de los dos equipos acertara a tocarlo en más de dos ocasiones antes. de perderlo. Ambos mostraron sus temores y lo que cabe esperar del carácter de sus entrenadores: una férrea disciplina táctica.

Si alguna conclusión hay que sacar del ensayo es que ambos cuentan con una defensa solvente. Capello no sorprende. La delantera del Madrid presiona la salida del rival empujado por los hombres del mediocampo para que la pelota vaya a la banda, mientras la defensa actúa muy adelantada para asfixiar la salida del rival. La lesión de Sanchis obligó a Hierro a jugar como central. No hubo problemas, entre otras cosas porque el Depor jugó demasiado agazapado atrás y con sólo un delantero, el francés Madar, a quien no se le puede discutir su combatividad. En el centro del campo Milla y Seedorf actuaron como volantes, en línea.

Toshack sigue también fiel a si mismo. Cinco defensas y un centro del campo más potente que técnico. El Depor dejó que el Madrid manejara el partido en la primera parte, y se confío en aplicar su contraataque. Pero los madridistas no tuvieron ideas claras para mover el balón, y ni Suker ni Mijatovic tuvieron oportunidad de disfrutar de él. Sólo Roberto Carlos ofreció algunos destellos con un par de centros y lanzamientos llenos de veneno.

El Depor salió de la cueva en contadísimas ocasiones, pero suficientes para adelantarse en el marcador. El Madrid empujó entonces en busca del empate. Con el mismo poco criterio, pero con más coraje. Raúl salió de la banda, donde pasa inadvertido, y empezó a reclamar el balón para conducirlo hasta el área. Mijatovic pudo empatar en. dos ocasiones, pero tuvo que ser un toque de calidad de Seedorf el que fabricara en el último suspiro el empate final.

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