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Yeltsin pretende firmar el alto el fuego en Chechenia en su reunión de hoy con Yandarbíev

El presidente ruso, Borís Yeltsin, anunció ayer en la ciudad minera de Vorkutá que mañana se reunirá en Moscú con el líder de los independentistas chechenos, Zelimján Yandarbíev. Yeltsin dijo confiar en que se pondrán de acuerdo para cesar todos los enfrentamientos, pero aseguró que eso no significa que Rusia renuncie a Chechenia. El optimismo del presidente no es compartido por su ministro de Defensa, Pável Grachov, quien opina que las negociaciones no tendrán éxito y que no habrá paz en Chechenia hasta que no se elimine a todos los guerrilleros.

"Cesaremos la guerra en Chechenia. El lunes nos sentaremos a la mesa de negociaciones con representates del Gobierno checheno, de las fuerzas armadas y de ellos [los separatistas]", dijo Yeltsin, confirmando así las noticias que llegaban el viernes desde Grozni. "Pienso que acordaremos el total cese de todos los enfrentamientos armados. Por supuesto, no entregaremos Chechenia. Chechenia seguirá formando parte de Rusia, que es indivisible", agregó el presidente durante su visita a la Escuela 40 de Vorkutá, ciudad en la que se encuentra en gira electoral.Pero Pável Grachov fue tajante al comentar las inminentes conversaciones entre Yeltsin y Yandarbíev. "Yo no creo en esto", dijo en la ciudad siberiana de Berdsk. El ministro de Defensa piensa que Yandarbíev no es la persona que puede establecer la paz en Chechenia. "Dzhojar Dudáiev [el primer presidente checheno, que declaró la independencia de esa república caucásica rebelde] podría haber hecho algo en este sentido, pero no quiso y ha sido eliminado. Shamil Basáiev [comandante guerrillero famoso por su incursión contra la ciudad rusa de Budiónnovsk] es un rematado terrorista, que no tiene influencia. Posee su banda y combatirá hasta el final, ya que comprende que no habrá clemencia ni perdón para. él", señaló el general al comentar las perspectivas de paz en Chechenia.

En realidad, según Grachov, "no habrá paz ni tranquilidad" en esa república "hasta que no se elimine a todos los pequeños grupos de bandidos", palabra esta última que usan los militares para referirse a los guerrilleros.

Las declaraciones de Grachov, que contradicen las expectativas y los planes de Yeltsin, parecen confirmar su inminente cese como ministro de Defensa. El presidente, según las últimas infórmaciones aparecidas en la prensa rusa, ofreció este cargo el jueves pasado al popular general Borís Grámov, que en su tiempo dirigió la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán.

Si se confirma que Yeltsin destituirá a Grachov, está claro que no será el único general que caerá si realmente el presidente desea poner fin a todos los enfrentamientos. En la misma Chechenia seguramente habrá que reemplazar a varias altos oficiales que, como Grachov, piensan que hay que acabar con todos los guerrilleros y que si continúan sus operaciones contra los separatistas pueden hacer fracasar las negociaciones de Moscú.

El general Vladímir Shamánov, jefe de las tropas del Ministerio de Defensa en Chechenia, declaró ayer en Grozni que el mando de las. fuerzas federales en la república rebelde "tiene una actitud normal" ante la anunciada reunión de Yeltsin con Yandarbíev, pero agregó que los militares están decididos a "cumplir hasta el final" su tarea de "desarmar y liquidar las formaciones ilegales".

"No somos propensos a mezclar la misión de los políticos y la de los militares. Cada uno de nosotros tiene sus propias tareas", señaló Shamánov, agregando que "las tropas sólo combaten contra bandidos y terroristas". Después de la caída del pueblo de Bamut, las principales fuerzas de los guerrilleros se concentran en las regiones montañesas del sur de Chechenia, explicó el general, y "precisamente allí continuarán las operaciones de las tropas federales para limpiar las localidades ole las formaciones de bandidos". Dicho y hecho: ayer los soldados del Kremlin comenzaron las operaciones de limpieza en tres poblados del distrito sureño de Vedenó.

Algunos observadores piensan, sin embargo, que en realidad no hay contradicción entre lo que desean los militares y lo que desea el presidente, y aseguran que la iniciativa de Yeltsin de reunirse con el líder checheno en Moscú es sólo una movida electoral para ganar más votos en las elecciones del próximo 16 de junio. Sea como fuere, el solo hecho de que Yeltsin y Yandarbíev se reúnan, independientemente del éxito o fracaso de las negociaciones, representa un gran triunfo para estos dos políticos.

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