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Brandeburgo rechaza la unión con Berlín

Los ciudadanos del Estado de Brandeburgo han rechazado en referéndum la fusión con la ciudad-Estado de Berlín, que en una consulta simultánea fue aprobada por los residentes de la capital alemana. Según los resultados definitivos, el 63% de los brandeburgueses votó en contra de la unificación de ambos Estados, aunque en la capital el proyecto fue aprobado por el 53,4% de los votantes. Para que la iniciativa fuese aprobada se requería una mayoría de síes en los dos Estados y que los votos favorables representasen, por lo menos, la cuarta parte del censo electoral.

El presidente de Brandeburgo, Manfred Stolpe, que había hecho campaña en favor de la unificación hasta el último minuto, se mostró decepcionado y aseguró que "el resultado es un serio revés, pero hay que aceptar el deseo de los votantes". Según Stolpe, muchos ciudadanos estaban a favor de la unión, pero no estaban preparados todavía para ella, ya que "aún tienen que asumir los cambios de la unificación alemana".El jefe del Gobierno de Berlín Eberhard Diepgen, manifestó, por su parte, que el resultado de la capital alemana "es una muestra de la disposición de sus ciudadanos para colaborar a la solución de los problemas del país". Diepgen culpó del fracaso de la iniciativa en Brandeburgo a "los perjuicios que aun persisten contra la capital de la antigua República Democrática Alemana".

La fusión de Berlín y Brandeburgo era contestada por el poscomunista Partido para el Socialismo, Democrático (PDS), que demostró su fuerza en la parte oriental de la capital federal, donde se produjo un empate técnico entre los partidarios y los contrarios a la unión, y entre los votantes brandeburgueses. El presidente del PDS, Lothar Bisky, que había sido acusado de vivir de la división de los alemanes en vez de hacerlo de- la unificación, manifestó que "el resultado no significa una victoria para nadie", pero que Ios partidarios de la unión quisieron imponerla a un ritmo acelerado sin buscar convencer a los ciudadanos". Bisky aseguró también que la votación no ha sido una protesta del Este contra la unificación alemana y que "Ios ciudadanos eran conscientes de lo que realmente se votaba".

El doble referéndum de ayer ha reavivado en Alemania el debate sobre la conveniencia de una profunda reforma de la estructura del Estado Federal, por cuestiones económicas y operativas. El ministro federal de Justicia, Edzard Schmidt-Jortzig, ha propuesto incluso la reducción a la mitad de los 16 Estados que integran la República Federal. La iniciativa ha provocado división de opiniones, aunque la Unión de Funcionarios alemanes reconoce que la reestructuración permitiría al sector público un ahorro de 8.000 millones de marcos anuales (aproximadamente, 680.000 millones de pesetas).

El primero en subirse al carro de las futuras fusiones ha sido el jefe de Gobierno de Hamburgo, Henning Voscherau, cuya ciudad-Estado de 755 kilómetros cuadrados tiene cerca de dos millones de habitantes. Voscherau ha recuperado la vieja idea de. hacer un gran Estado del norte en el que se incluirían, además de Hamburgo, Bremen, Schleswig-Holstein, Mecklemburgo-Antepomeramia y Baja Sajonia.También el Gobierno bávaro apoya la reestructuración, Su jefe de Gobierno, Edmund Stoiber, respalda la propuesta del ministro federal de Justicia, que también contempla la agrupacion de Renania-Palatinado, Sarre y Hesse, por un lado, y Turingia, Sajonia y Sajonia-Anhalt, por otro.Según Schmidt-Jortzig, "pequeños Estados como Sarre o Bremen son totalmente inviables". El ministro argumenta la multiplicación de gastos que suponen los actuales 16 gobiernos, sus parlamentos y sus resectivas administraciones.El ministro de Justicia asegura que el fracaso de la unión entre Berlín y Brandeburgo no tiene por qué significar el fracaso del proyecto general. "Ante el escenario de la unificación europea, la reorganización interna alemana tendrá que mantenerse en el orden del día político", aseguró Schmidt-Jortzíg.Sin embargo, los gobiernos de Sarre y Bremen, de 2.570 kilómetros cuadrados y 404 kilómetros cuadrados; respectivamente, se oponen a renunciar a su soberanía y el ministro-presidente de Brandeburgo ha reconocido que no ve posible, en un futuro próximo, volver a someter a referéndum la unificación de su Estado con Berlín.

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