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Tribuna:Elecciones 3 de marzo
Tribuna
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La imprenta pasa el vídeo

La prueba de que esto avanza, aunque no necesariamente en línea recta y hacia alguna parte como pretendían los ilustrados, los utópicos y la Institución Libre de Enseñanza, es que a estas alturas de la campaña ya no estamos obligados a tomar posición frente a ideologías o siglas mayúsculas, enormes tendencias de la historia, pares o triadas de raza filosófica; ni siquiera a elegir entre los dos grandes menús típicos del país: ideas laicas / creencias vaticanas. Ahora sólo te exigen que tomes posición a favor o en contra de un vídeo de un minuto y 47 segundos.Y no vale la excusa de que todavía no lo has pillado en la tele, porque no es necesario ver en pantalla la videocreación del PSOE para sabérsela de memoria. Al menos, es lo que me ha pasado. Mucho antes de que pudiera registrarla en el cerebro con mis propios ojos, ya había leído cantidades posindustriales de columnas, editoriales, reportajes, noticias, declaraciones y una sorprendente cantidad de unánimes análisis dentro de la mejor cosecha semiótica años sesenta. Antes de admirar el vídeo en la pantalla de Marconi, estaba visto y oído con todo detalle en la galaxia Gutenberg. En cierta galaxia, quiero decir. Diseccionado plano a plano tipo autopsia y reproducido a toda página; con la banda sonora destripada al modo de los exactos guiones técnicos de Hollywood; sobre todo, con esas invisibles transiciones o sobreimpresiones llamadas (Dios mío) subliminales denunciadas con lupa macro, inmortalizadas frame to frame, que pronunciaría la ciberchavalería.

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Habida cuenta de que los vídeos en televisión están reñidos con las grandes audiencias, son el típico producto de minorías, y que para ser mínimamente eficaces necesitan pasar tantísimas veces como pasan por MTV, hay que admitir que los del PSOE, esta vez, lo han hecho tan bien como Michael Jackson con su también polémico y aún no estrenado vídeo de las favelas. Lo importante es el jaleo multimedia capaz de levantar el clip; que, como su propio nombre indica, sólo es humo veloz, efectos especiales, ruido de borrajas, mucho menos que un chip.

Pocas veces se ha amplificado tanto minuto y pico. Hacía siglos que, a costa de un mero vídeo, no oía yo hablar de pornoviolencia, efecto Goebbels, salvajismo, masas aterrorizadas, demonizaciones y otros apocalipsis. Exactamente, desde aquel disco de los Rolling que, escuchado en inverso, emitía mensajes de Satán.

Aunque los socialistas no tienen todo el mérito. Seamos rigurosos. El verdadero mérito de este follón lo tiene la curiosa cultura mediológica de nuestras mejores élites amplificadoras. Y es que sólo aquí se sigue creyendo a pies juntillas en eso tan gracioso y rejuvenecedor de lo subliminal. Basta darse un paseo mañanero por el informativo de Peter Jenning para verificar que el vídeo pornoviolento del PSOE, al lado de las actuales y no menos célebres campañas negativas de Forbes, Dole y Buchanan, es algo así como la Caperucita políticamente correcta al lado de las nenas de Balthus. Pero seamos positivos. Qué tiempos aquellos en los que el vídeo no sólo era el medio, sino el miedo.

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