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Reportaje:

Una fortuna por 160 pesetas

Un jubilado valenciano gana 316 millones como único acertante de una quiniela de fútbol

Leonor Navarro, vecina de la localidad valenciana de Paiporta, no recogió ayer la ropa seca del balcón, como acostumbra a hacer cada mañana. La dejó colgada y desapareció de su domicilio con su marido, Samuel Climent, un jubilado de 63 años, tras conocer que les han tocado más de 316 millones de pesetas como únicos acertantes de la quiniela, gracias a una sencilla apuesta (dos dobles) que les costó 160 pesetas. Algunos directores de bancos de la comarca de L'Horta encontraron la puerta cerrada cuando acudieron a la vivienda del matrimonio, ubicado en la calle de San Francisco, para ofrecerles sus servicios. Ambos se han marchado a un municipio de la provincia de Castellón, cuyo nombre no ha trascendido, para evitar el acoso de periodistas, banqueros y curiosos, según manifestó ayer un familiar. La afición de Samuel por el fútbol le ha jugado una buena pasada. Su constancia se ha visto recompensada después de estar más de 30 años apostando sin éxito. "¡Me ha tocado el pleno al 15! Soy el único, soy el único... Me voy, luego nos vemos; estoy muy nervioso, después hablamos". Estas palabras excitadas las dijo Samuel, hacia las ocho y media de la mañana de ayer, a Miguel Martínez, propietario de La Fortuna, la administración de lotería número 2 de Paiporta, donde el jubilado había sellado el boleto. Pero Samuel no volvió a hablar con Miguel. Ingresó el boleto en un banco, y después, antes de que se, armara el revuelo, se eclipsó con su mujer. El afortunado ganó casi todo lo que puede dar este juego: el pleno al 15, más una apuesta de 14, dos de 13 y una de 12. El total asciende a 316.519.524 pesetas. Ha obtenido el máximo premio con un boleto de dos dobles, que le costó tan sólo 160 pesetas. Es la primera vez que toca un premio tan estrepitoso en esta administración de lotería. Samuel jugaba solo todas las semanas, sin que en su dilatada apuesta consiguiera algo más que pequeños pellizcos, el mayor, de 50.000 pesetas.Los vecinos del matrimonio no han podido ocultar su alegría. "Les ha tocado muy bien tocado, ya que han pasado mucha estrechez económica durante toda la vida. Son personas muy trabajadoras que necesitaban mucho ese dinero", manifestaron Antonio Osina y José Perez, dos amigos de Samuel, que, como él, juegan también a las quinielas.

Samuel y Leonor son gente sencilla. Hasta ayer, su penuria económica era de sobra conocida en Paiporta. Durante muchos años ambos se han dedicado modestamente a la venta de ropa en los mercados valencianos y de la provincia de Cuenca. El ir y venir como nómadas les ha proporcionado sólo lo justo para vivir, y ni siquiera han podido comprar una casa, ya que viven en un piso alquilado de un viejo bloque de viviendas sociales del plan de 1954. Son los únicos de la finca que todavía pagan alquiler.

Además, Samuel es jubilado y no cobra pensión. Y por si fuera poco, ambos están enfermos. Samuel sufre una dolencia ocular que requiere una complicada operación quirúrgica. Leonor padece un mal que le inmoviliza las piernas y le dificulta caminar. Por ello, se han visto obligados a dejar el trabajo este mismo año. Ya no recorrerán los mercados con su viejo Renault-4 de segunda mano.

Los millones de la fortuna servirán para mitigar las necesidades del matrimonio y para ayudar a sus hijos y a sus nietos, que tampoco nadan en la abundancia. José Climent, uno de los hijos de Samuel, reside en Torrent y ha pasado largas temporadas en paro. Más de una vez ha solucionado la falta de trabajo echando una mano a sus progenitores en la venta ambulante. Otra hija, Francisca, está casada y es madre de dos niños, los únicos nietos del matrimonio. La tercera hija, Mar¡ Paz, es soltera y vive con sus padres en Paiporta. Obtiene un moderado sueldo en un supermercado de Picanya que ha permitido sobrevivir a la familia.

Poco podía imaginar Samuel, quien empezó su negocio vendiendo fajas para agricultores, que su dura. vida se cerraba con un broche de lujo. Pero sus vecinos opinan que esta riqueza no cambiará mucho sus hábitos. Samuel seguirá frecuentando el bar 2X de la calle Maestro Serrano y haciendo sus habituales paseos matinales.

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