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Arsenio lglesias se despide del fútbol ganando la Copa más accidentada de la historia

Xosé Hermida

Los dioses de la lluvia son gallegos y quizá lo ocurrido el sábado en el Bernabéu fuese sólo una conspiración de las deidades célticas para retrasar la jubilación de Arsenio Iglesias. O tal vez trataban simplemente de liberarle de la fatigosa tarea de dar explicaciones sobre su retirada, de complacerle en su aversión a los grandes fastos y homenajes públicos. Pero ayer las meigas estuvieron de su lado y Arsenio se llevó la mayor alegría de su carrera con la victoria en la Copa.Una felicidad inmensa en sólo once minutos. Arsenio abrazó emocionado uno a uno a todos sus jugadores y, al subir junto a sus rapaciños a recoger el trofeo, el Rey, palmeándole la cara cariñosamente, mantuvo con él una animada charla,. "El Rey me preguntó", desveló Arsenio, "si era verdad que me marchaba, si me retiraba. Le contesté que sí. Me deseó una retirada feliz. Ya sabe, las cosas que dicen los reyes".

A Arsenio Iglesias, de 65 años, con casi medio siglo de vida futbolística, le han llamado El Zorro, El Filósofo, El Profesor y O Bruxo. La imaginación popular parece atribuirle privilegiadas relaciones con lo sobrenatural debido a su probada capacidad para construir equipos a partir de casi nada. Pero entre las fuerzas del más allá también tiene contumaces enemigos, como se encargó de recordar él mismo tras la suspensión de la final de Copa del sábado: "Cuando subimos a Primera, se incendió una grada en Riazor; perdimos una Liga en el último minuto y de penalti; quedamos eliminados de la UEFA con dos goles en cinco minutos; ahora se nos inunda el campo... Si fuese brujo, no me pasarían estas cosas. No sé que hemos hecho paramerecerlo".

Arsenio ha sido siempre tan deportivista y tan apegado a su tierra que, cuando era jugador recibió un disgusto porque el club le traspasó al Sevilla, pese a que se trataba de un salto adelante en su carrera. Emigró por toda España, pero siempre acabó volviendo a La Coruña. En los últimos 25 años, dirigió en tres etapas diferentes al Deportivo y fue protagonista de los. dos últimos ascensos del equipo a Primera, en 1971 y en 1989.

Su retirada, por desavenencias con el presidente, Augusto César Lendoiro, ha sumido a gran parte de la hinchada en una aflicción apenas oculta tras la euforia de la Copa. Hasta los grupos de rock le dedican canciones con el estribillo: "No hay Depor sin Arsenio". Lo habrá, pero será distinto.

Como todo símbolo, Arsenio también ha contado con un reducido aunque indesmayable grupo de detractores. Son los que le han creado una leyenda negra de eterno perdedor, de responsable de una especie de oscura sombra que persiguiese al club. coruñés.

Esas inquinas y esas adversidades han esculpido su carácter.. Cuando hace un año todo el mundo sollozaba tras el memorable error de Djukic que dio la Liga al Barcelona, Arsenio salió con entereza del vestuario y comentó -ante los micrófonos de una emisora: "Yo ya vine llorado del hotel". Lo del sábado último sí que no lo esperaba. Alguien decidió que su última noche fuesen, en realidad, dos. Y salió victorioso tras años de sufrimiento.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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