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Tribuna
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Tal para cual

Nada hay más hediondo que un peloteo de responsabilidades. Las situaciones límite definen la verdad: 1 . Ningún torturado proyecta sobre el torturador su propia responsabilidad de haber cedido al dolor y entregado a los suyos; y 2. Hasta la OTAN ha cedido a la infamia de los "escudos humanos", sin hacer a Karadzic, responsable exclusivo. No cabe esa exclusiva donde hay dos partes; amenaza, tortura, secuestro, chantaje, extorsión, crean también relaciones contractuales. Por abominable que sea el que alguien se vea obligado por violencia al contrato de un secuestro, no deja de incumbirle la responsabilidad de pagar por la vida del secuestrado. Si se admite que una catástrofe natural obliga a responder con el socorro, también habrá responsabilidad ante la peor violencia de extorsión humana. En el actual pulso de fuerzas de la Sanidad Pública hay dos responsabilidades, y la Administración no puede proyectar sobre los médicos la que le corresponde. Hace ya tiempo que tendría que haberse doblegado a ellos, únicamente por su propia responsabilidad hacia los enfermos, sin reparar en lo justo o lo injusto de los aumentos exigidos. Y si teme sentar con ello un precedente para reclamaciones de otros funcionarios, no sería, sino una nueva responsabilidad que, también tendría que afrontar. Aquí hay dos partes y dos responsabilidades; no se le pide a la Administración que cargue sobre sí la de, los médicos, -¡allá ellos con ella!-, sino la suya propia, o sea pagar el rescate de una vez ante la gravedad y la duración del caso, por muy odiosa que sea una extorsión que toma a los enfermos! como prenda de intercambio. Tan, odiosa y violeta como demuestra, de una parte, el que enfermos quejosos no se atrevan a declarar su nombre, y de otra, la indecente actitud deportiva revelada por un médico, que, cuando Sanidad cedió -para volverse luego, vergonzosamente, atrás- dijo: "¡Hemos ganado por goleada!".

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