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Entrevista:

"Soy tan duro y apasionado como Gil"

Alfio Basile, el seleccionador argentino en el último Mundial, un técnico de 51 años de enorme prestigio, se ha convertido en el vigésimo entrenador del Atlético en la era de Gil.

Pregunta. ¿Cómo un técnico de su prestigio acepta entrenar al Atlético, un club con leyenda negra para los entrenadores?

Respuesta. Tras el Mundial entendí que, después de 19 años sin parar como técnico, era el momento de descansar seis meses. Recibí ofertas de selecciones y clubes de Europa, pero las deseché. No por soberbio, sino porque quería descansar. Después, justo el 31 de diciembre, con el Año Nuevo, me dije: voy a trabajar en Europa. Salió el Atlético. Es una parada difícil, pero a estas alturas no me iban a dar un equipo puntero. No me iban a dar el Madrid, el de Arsenio o el Barcelona. En Italia también me ofrecieron cosas, pero de mitad de tabla para abajo. El Atlético está igual, pero es un conjunto importante.

P. ¿En esta aventura tiene más que ganar o que perder?

R. Tengo para ganar y para perder, pero relativamente. Ya tengo una trayectoria inamovible.

P. Cuando se conoce la fama de Jesús Gil con los entrenadores, y uno acepta trabajar con él, ¿es porque uno siempre cree que a él no le va a pasar lo que a otros?

R. Claro. Pero además soy también de carácter duro como él, y soy apasionado como él. Él mismo sabe que es un tipo muy polémico, y me lo avisó. Pero gente que le conoce también me ha hablado bien de Gil. Por lo demás, quédese tranquilo, que no voy a aceptar intromisiones tácticas. El día que las tenga me iré. Cualquier directivo del mundo, no sólo Gil, si viene a hacer intromisiones, quiere decir que me quiere echar. No soy tan tonto. Si se entromete es que te está buscando para que te des el piro, como dicen aquí.

P. ¿No le asusta que aquí hayan fracasado Menotti, Pastoriza, Maturana ... ?

R. ¿A qué se le llama fracaso? Si no tienes un tiempo prudencial... Si dirijo tres partidos, cinco partidos, diez partidos y no he elegido la plantilla y me voy... ¡Ojo que no me estoy cubriendo! ¿De qué fracaso estamos hablando si no se tiene periodo de trabajo? También hay mucho cuento sobre esto. Acá lo fundamental son los jugadores. El técnico debe hacer rendir como siete al que tiene cinco, y como nueve al de siete.

P. Convenza a la gente de que su fichaje es un acierto.

R. Lo que interesa ahora son los resultados. No hay que mentir a la gente y decirle que vamos a hacer un fútbol estético. Si es así y ganamos, mucho mejor. Pero ahora, para la gente, la prioridad es salir del pozo. Luego ya me exigirán más. Es la constante presión del equipo grande. Cuando uno entrena una selección de un país apasionado como Argentina no hay más presión que tener que ganar siempre. Estuvimos 33 partidos invictos, perdimos una vez y se me cayó el mundo.

P. ¿Y no es mentir a la gente hablar maravillas del día de su estreno?

R. ¿Quién habló maravillas? Salí satisfecho por lo que pusieron los jugadores y por la forma de lograr el empate.

P. ¿Es malo llevarse bien con los jugadores?

R. No, en absoluto. Una cosa es ser cómodo, llevarse bien a base de pasar la mano por el hombro del jugador y darle franela [coba]. Es bueno llevarse bien, pero uno, no puede hacerse amigo de los jugadores, porque el mismo cargo te hace ser injusto.

P. ¿El jugador necesita diálogo o mano dura?

R. Primero hay que dialogar. Si no, seríamos bestias. Diálogo, pero siempre salvando las distancias. No puede ser un diálogo de decir ¿qué te parece? El que maneja es sólo uno, siempre con respeto.

P. Pues Gil cree que ha contratado a un hombre duro con el vestuario.

R. No soy tan ogro. La gente me considera así, pero debe de ser por mi apariencia. Si estoy caliente, me sale el temperamento, pero suelo ser un tipo que dialoga. Siempre que no entremos en el amiguismo.

P. ¿Cuál es su sensibilidad futbolística?

R. La del fútbol estético, como la de la mayoría, pero sé que el fútbol debe ser equilibrado. La estética cada vez se ve menos dentro de un terreno de juego. Un jugador se puede equivocar en el campo, pero tampoco puede hacer lo que se le ocurra. Estoy hablando como técnico, no de la sensibilidad a mi gusto. Siempre tiene que haber un orden táctico. A partir de ahí me gusta el talento, me gusta el desequilibrio y la improvisación. Sobre todo, de tres cuartos del campo para adelante. El técnico en el área contraria ya no existe. Existe en pelota parada, pero ahí sólo vale la individualidad. Yo soy muy respetuoso con eso.

P. ¿Cuál es su táctica ideal?

R. Teniendo un plantel cargado de individualidades, un 4-2-2-2. Pero en un equipo uno tiene que adaptarse a los futbolistas que tiene.

P. Es decir, usted es de los que piensan que la táctica se debe adaptar a los jugadores, y no al revés.

R. Sí, pero con una aclaración. Cuando se contrata a un entrenador a principio de año, elige a una plantilla y dice a qué quiere jugar. En esta situación, cuando uno entra en un equipo con todo formado, no se puede modificar nada.

P. Como concepto defensivo propone el achique, ¿no?

R. Sí, hay que achicar permanentemente. Para adelante, para detrás y para los costados. Quiero que mi equipo juegue entre 30 y 40 metros.

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