_
_
_
_
_

Portugal admite que no cumplirá las condiciones para entrar en la UEM en 1997

Portugal no logrará entrar en la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria (UEM) en 1997, y deberá esperar, al menos, hasta el año 1999. Esta es al menos la conclusión que se desprende del nuevo plan de convergencia que el ministro de Economía portugués, Jorge Braga de Macedo, presentará hoy a sus colegas comunitarios en el Ecofin, ya que los nuevos objetivos que se fija el Gobierno de Aníbal Cavaco Silva no cumplen con los criterios fijados en el Tratado de Maastricht para entrar en la tercera fase dentro de apenas tres años.Portugal es el tercer país que presenta la revisión de su plan de convergencia, después de que hicieran lo propio Alemania y Francia en otoño pasado. El Gobierno español todavía no lo ha hecho, aunque oficialmente no ha renunciado a estar entre los primeros de la clase el 1 de enero del año 1997.En la práctica, todo indica que el Gobierno español ve ese objetivo, cuando menos, muy difícil. Su postura de que las economías de los cuatro países candidatos a la adhesión no sean utilizadas para evaluar si siete Estados cumplen o no los criterios establecidos en Maastricht para iniciar la tercera fase en 1997 es un reconocimiento en toda regla de que España no estaría entre los mejores y de que lo que intenta es evitar que se dé la masa crítica fijada en Maastricht para alcanzar ese mínimo: siete de los doce Estados miembros.

El ministro español de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, explicará hoy a sus colegas de los Doce que España no intenta bloquear la entrada de Austria, Suecia, Noruega o Finlandia en la Unión. Para España, se trata de aplicar la vieja cita latina: "Pacta observanda sunt", los acuerdos son para cumplirlos. El Gobierno español sostiene que en Maastricht se acordaron unas condiciones en función de las economías de los Doce, y que éstas quizá hubieran sido distintas si se hubiera pensado también en las aportaciones de estos cuatro Estados candidatos.

Según fuentes españolas, esta postura ya ha sido bien entendida por austriacos, noruegos, suecos y finlandeses, al dejarles España muy claro que no se trata de una maniobra dilatoria para retrasar la ampliación.

Siempre según España, sólo los gobiernos de Francia, Bélgica y Holanda están radicalmente en contra de la propuesta española, que sería apoyada con firmeza por Grecia y Portugal y vista con simpatía por el Reino Unido e incluso por Alemania, que también duda sobre sus posibilidades reales de cumplir con Maastricht. Estos apoyos cobran mayor dimensión si se tiene en cuenta que las condiciones que los Doce ofrecen a los cuatro candidatos en esta materia se deben adoptar por unanimidad.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_