Un cambio de topónimo abre la guerra entre Alalpardo y Valdeolmos
Valdeolmos es, oficialmente, un solo pueblo. En realidad, son dos Valdeolmos (200 habitantes) y Alalpardo (diez veces más grande)-, que viven juntos y enfrentados. El pleno municipal de noviembre pasado decidió cambiar su topónimo y pasar a llamarse Alalpardo-Valdeolmos. El Ministerio de Administraciones Públicas les ha advertido por escrito de la ilegalidad del acuerdo y en la Comunidad están preocupados por la crispación vecinal. Los valdeolmeros han declarado la guerra anunciando protestas y cortes de carretera, y los alalpardeños no se apean del burro. Su pueblo, dicen, se llama Alalpardo.Valdeolmos (200 habitantes) y Alalpardo (2. 100 habitantes) están separados por dos kilómetros de carretera y unas insalvables desconfianzas mutuas. El actual Ayuntamiento lo forman seis ediles alalpardeños contra uno valdeolmero. Este último, Agustín Aguado, apoyado por la totalidad de sus vecinos, amenaza: "Si quieren guerra la van a tener. Estamos dispuestos a todo".
El nombre correcto de la lo calidad es Valdeolmos, aunque el Ayuntamiento ha utilizado desde hace años el de Valdeolmos-Alalpardo para no levantar las suspicacias de los alalpardeños. "Era una manera de no herir a los vecinos", dice el alcalde, Gregorio Medranda García, del PSOE, y elegido por Alalpardo. En otras ocasiones, el Ayuntamiento ha usado sólo el nombre de la población más numerosa. A la entrada del pueblo hay un gran cartel municipal en el que se lee: "Bienvenidos a Alalpardo". De Valdeolmos no se dice nada.
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"La situación es insostenible" se queja el único concejal valdeolmero
En esta localidad, de dos cascos urbanos, hay dos iglesias, dos escuelas, dos cámaras agrarias, dos cementerios, dos fiestas, dos equipos de fútbol, dos plazas de toros, dos coeficientes urbanos diferentes, dos colegios electorales y dos depósitos de agua. En Valdeolmos Alalpardo las obras municipales y cualquier servicio urbano han de ser realizados por partida doble. Incluso la instalación de una piscina. municipal, subvencionada por el Gobierno regional, fue abortada por los vecinos hace años porque querían dos pequeñas y la Comunidad de Madrid no accedió a ello.Abandonados
A pesar de la duplicidad de servicios, los valdeolmeros se consideran abandonados. "Nuestra escuela está en ruinas, el ambulatorio carece de medios y no tenemos casa de juventud". Los agravios sufridos hacen que el ex concejal de Valdeolmos, Valentín García, se lamente: "Estamos en situación de preguerra política, provocada únicamente por la actitud imperialista de Alalpardo". "Durante años nos hemos llevado bien pero ahora la situación es insostenible", añade Agustín Aguado, edil de la Unión de Electores Independientes de Valdeolmos.
El actual alcalde, Gregorio Medranda, aclara: "Somos dos pueblos diferentes que no tenemos nada que ver. No podemos mantener servicios por duplicado, no podemos permitir que, continúen así las cosas. La única solución posible es la segregación, y como paso previo, el cambio de topónimo". En Valdeolmos, por su parte, están dispuestos a separarse, pero no a que unilateralmente se les haya cambiado de nombre. "Valdeolmos no merece ese trato vejatorio", claman.
Las diferencias entré estos dos municipios vienen de lejos. En el siglo XVIII ambos términos, independientes en aquel momento, tenían unos 100 habitantes cada uno. A mediados del siglo XIX, Valdeolmos, más rico, absorbió a su vecino. "No nos pueden pedir responsabilidades por ello ahora, porque aquí no vivían todavía ni nuestros abuelos", dicen.
Sin embargo, hace 40 años, el Ayuntamiento, enclavado tradicionalmente en Valdeolmos, fue trasladado a Alalpardo, que ya empezaba a sobrepasar a su vecino en población y riqueza. Comenzaron las. fricciones. Los valdeolmeros (conocidos popularmente como tarugueros) se sintieron engañados. "Estuvimos casi 25 años sin hablarnos con ellos. Ahora, que todo parecía olvidado, vuelven a denigrarnos", alegan los de Valdeolmos.
Los alpardeños (apodados los ahumados) responden que "era de justicia que Alalpardo recuperase su nombre. Se acabó el permanecer ocultos bajo un topónimo que no nos pertenecía
Las dos poblaciones han evolucionado de forma muy diferente. Mientras que Alalpardo crece hasta los actuales 2. 100 habitantes, al permitir la creación de nuevas urbanizaciones, en Valdeolinos el censo apenas aumenta, porque las tierras están poco repartidas y sus actuales propietarios no las venden a las constructoras.
No obstante, las dos grandes industrias del municipio están asentadas en Valdeolmos. "Por lo que, si la Comunidad de Madrid aprueba el cambio de nombre, estamos dispuestos a cortar la carretera y a impedir que los alpardeños suban a trabajar a nuestro pueblo", dice el concejal, Agustín Aguado. "Ellos se han enriquecido vendiendo las tierras y a nosotros nos han dejado unas industrias que vierten directamente en el arroyuelo del pueblo", añade un agricultor. La Consejería de Cooperación, organismo que tendrá que dirimir las diferencias, no desea hacer declaraciones al respecto.
Sin embargo, fuentes de la Comunidad de Madrid consideran "inviable" la segregación porque Valdeolmos no tendría posibilidades de subsistencia económica con sólo 200 habitantes. También aseguran que resultaría difícil, incluso, un cambio de nombre de la localidad porque habría que variar miles de registros censales, tributarios y electorales".
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