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La joya de Vigo

Citroën garantiza el futuro de su factoría española con una inversión de 30.000 millones en tres años

Xosé Hermida

Si José Ignacio López de Arriortúa, el polémico Superlópez, prometió que haría de la factoría de Barcelona "la joya de la corona" de Volkswagen, los directivos de Citroën pueden enorgullecerse de que ya tienen en España una de sus joyas particulares.La fábrica que la firma francesa posee en Vigo desde 1958 es la segunda en producción de todo el grupo, tras la planta principal de Rennes (Francia). Con una plantilla de cerca de 7.000 trabajadores, la factoría gallega exportó el año pasado una tercera parte de los 220.000 automóviles que produjo.

En Vigo se producen en exclusiva para todo el mundo las furgonetas Citroën, a las que se unirá en 1996 un nuevo modelo de turismo.

En comparación con otras industrias del sector del automóvil, la filial española de la firma francesa parece resistir relativamente bien los embates de la crisis económica: en los nueve primeros meses de 1993 sus pérdidas se limitaron a 1.734 millones de pesetas, con un cash flow (beneficios antes de amortizaciones) positivo de 4.863 millones. El año anterior, los beneficios antes de impuestos habían superado los 8.000 millones.

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Aunque la dirección ha pactado con los sindicatos un plan de paros técnicos de 42 días anuales, asegura que el futuro de la factoría está garantizado por la inversión de 30.000 millones de pesetas hasta 1996.

"En Citroën Hispania hemos tomado medidas anticrisis mucho antes de la llegada de la recesión", se vanagloria Yves Jouchoux, que este mes deja el primer puesto ejecutivo de la filial española tras ser nombrado director general para Europa. "Estamos actualizando los planes que teníamos en marcha desde hace años. Y aunque sabemos que los próximos meses serán muy difíciles, vamos a seguir trabajando para mejorar nuestra competitividad".

La elección de Vigo para lanzar un nuevo modelo en 1996 es, según afirma Jouchoux, la prueba de que la factoría gallega seguirá ocupando un puesto de primer orden dentro del grupo. La empresa pretende comenzar con una producción de 600 unidades diarias, de las que el 70% será exportado. La fabricación de este nuevo turismo ha obligado a la firma francesa a poner en marcha el mayor plan de formación de trabajadores que ha realizado hasta ahora en España.

La primera empresa gallega

Con bastante diferencia sobre grupos como el textil Zara, Pescanova o Coren, Citroën es la primera empresa de Galicia en puestos de trabajo, facturación y explotación. Tras el desmantelamiento de los astilleros, la fábrica de automóviles se ha consolidado como uno de los dos ejes económicos de Vigo, junto al puerto pesquero, uno de los más importantes del mundo.

La empresa estima que de ella viven, directa o indirectamente, unas 63.000 personas. En el área metropolitana de Vigo hay 24 empresas de componentes de automoción, con una plantilla global de 1.400 trabajadores y unos 14.000 millones de pesetas de facturación, que venden a la firma francesa el 80% de su producción.

En medio de la actual situación del sector, Citroën ha conseguido en los nueve primeros meses del año pasado incrementar ligeramente su cuota de mercado en España hasta situarse en un 12,03%, afirma la dirección.

Aunque la empresa se muestra satisfecha por las moderadas pérdidas de los nueve primeros meses de 1993, a finales de noviembre pactó con los sindicatos un plan de regulación de empleo que incluye paros técnicos y bajas incentivadas. El objetivo es reducir la producción en 48.500 unidades hasta el final de 1994. En ese periodo se dejarán de trabajar 42 días laborables, aunque los empleados seguirán percibiendo la totalidad de sus sueldos. A bajas y jubilaciones voluntarias se han acogido de momento unos 350 empleados, señalan datos del comité de empresa. En los años ochenta ya se hizo otra regulación de empleo, que redujo la plantilla en unas 1.000 personas.

La bajada de ventas del mercado automovilístico no deja de inquietar a los trabajadores, pero entre la plantilla no se aprecia una psicosis de despidos. "Cuando te enteras de los problemas de Seat, no puedes evitar preocuparte", confiesa Juan Cantos, secretario general del sindicato independiente SITC, mayoritario en el comité de empresa. "Pero nosotros somos optimistas. Con los datos que nos ha facilitado la dirección creemos que la fábrica va bien y que por el momento no se van a plantear nuevas bajas forzosas".

Cuando se le pregunta sobre la posibilidad de implantar nuevos planes de regulación de empleo, Jouchoux se limita a constatar que el volumen de la plantilla estará en función de cómo evolucione el mercado. Alternativas como el reparto del tiempo de trabajo no convencen demasiado al director general de Citroën Hispania: "Puede ser una solución en algunas situaciones muy concretas, pero no creo que sea la solución. En nuestro caso, es más conveniente aplicar otro tipo de medidas, como paros técnicos o jubilaciones voluntarias anticipadas".

58 años y a casa

"La empresa es como todas, pero al menos no te engaña, va por delante", afirma Manuel, un oficial de primera que después de trabajar media vida en la empresa acaba de acogerse a las bajas incentivadas. Manuel ha cobrado por ello una indemnización de casi siete millones de pesetas. A sus 58 años, Manuel aún se encontraba con fuerzas suficientes para continaur trabajando sin convertirse "en un parásito". "Pero la empresa intentó comerme el coco y luego lo consiguieron la mujer y mi hijo", señala para justificar su decisión de abandonar el empleo.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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