La mayoría de los jugadores del Real Madrid siguen financiando a los "Ultras-sur"
Buena parte de los jugadores de la plantilla del Real Madrid siguen financiando a los ultras-sur. En los últimos días, representantes de este grupo violento lograron que un buen número de futbolistas compraran lotería de Navidad, con el correspondiente donativo (20%) para el mantenimiento de sus actividades. EL PAIS consultó ayer a 10 jugadores y al entrenador. Cuatro reconocieron tener participaciones, cinco aseguraron que no y dos argumentaron desconocer de qué se les hablaba. La Comisión Nacional Contra la Violencia prohibe financiar a grupos ultras.
La plantilla del Real Madrid acordó en una asamblea celebrada a principios de año romper todo tipo de vínculo con el grupo ultras-sur. La decisión se tomó tras el incidente que miembros de este colectivo protagonizaron con Rafael Martín Vázquez, que se negó a participar en su rifa anual [ver EL PAIS del 28 de Abril]. Martín Vázquez fue constantemente increpado en entrenamientos y partidos como consecuencia de su negativa. Los jugadores, a pesar de aquella experiencia, reconocieron ayer haber contribuido una vez más a esta colecta que tiene como pretexto la venta de lotería de Navidad. Alfonso fue de los más claros: "Sí, les he comprado lotería este año. Todos los años lo hago. Es algo habitual". Michel, por contra, ha cambiado de actitud: "El año pasado sí llevaba. Este año, no". Michel intervino en la asamblea celebrada en el vestuario en abril, en defensa de la conveniencia de acabar con estas contribuciones. Rocha fue quien propugnó la postura contraria. Al final ganó la tesis que mantenía limitar sus relaciones con estos hinchas violentos a un saludo de cortesía después de los partidos. Luis Milla es otro de los jugadores que reconocen ser poseedor de participaciones: "Ellos vinieron aquí [Ciudad Deportiva] a ofrecernos y compré. No me planteé en ese momento si podía estar financiando a un grupo ultra. Creo que considerarlo así sería retorcer demasiado un simple detalle".Luis Enrique justifica su compra: "No sé, creo que sí tengo lotería de los ultras. Compro toda la que me ofrecen y no me fijo de quién viene ni a dónde van a parar los donativos."Butragueño no tiene participaciones ("nunca compro lotería", dijo), pero restó importancia al hecho de que sus compañeros de equipo sí lo hicieran. "Aquí viene gente de colegios", dijo, "de peñas o de equipos de Tercera División para intentar vender sus papeletas.Todos cobran su comisión. No hay que darle demasiadas vueltas porque se haya comprado a los ultras-sur"Fernando Hierro no quiso, en cambio, hablar de la rifa y optó por excusarse. "No sé qué es eso de lo que me habla".Los recién llegados, Dubovsky y Vitor, no se sumaron a la compra por motivos distintos. "Para qué voy a comprar si me voy a Brasil", explicó Vitor. El eslavo rechazó la oferta porque no sabía de qué se trataba; en su país no existe esta costumbre. La negativa de Dubovsky a la petición de los ultras-sur fue muy mal recibidapor éstos, que están dispuestos a convertirle en una de las víctimas de sus cantos y consignas.Iván Zamorano se mostró molesto por la pregunta de EL PAÍS. "No sé si he comprado. Todavía no me lo han dicho. Pero siempre compro. Esto no tiene nada que ver con la financiación de los grupos ultras. Es lo mismo que adquirir cualquier otro tipo de papeleta". Rafael Alkorta negó contribuir a este juego y manifestó su enfado al ser abordado sobre este asunto: "No -he comprado, pero porque no me han ofrecido. No veo que sea un problema".Benito Floro, el entrenador del equipo, también tiene en su poder papeletas. "Aquí vienen todos los días vendiendo lotería y siempre compro a quien me ofrece sin mirar de dónde viene. Es como un hábito. No sé ni el dinero que di ni cuánto tenía la papeleta de donación. Creo que buscar en la actitud de la plantilla una contribución a los grupos violentos es exagerar".Los ultras-sur también han visitado en su colecta las oficinas del Bernabéu para ofrecer boletos a empleados y directivos. Obtuvieron su propósito. El gerente del club, Manuel Femández Trigo, dio instrucciones al efecto en un doble sentido para evitar los problemas de hace un año: a los ultras, que no vendieran, y a los jugadores, que no compraran. Los jugadores no dieron muestras de conocer estas órdenes.
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