Cine en televisión
Escribo esta carta de protesta ante la cada vez más frecuente y detestable costumbre que -entre otras- han adquirido en los últimos tiempos las televisiones de suprimir o cortar los repartos que tienen al final muchas películas. Parece ser que esta deliciosa modalidad de filme interruptus la inició Tele 5 en los comienzos de su andadura, amén de otras exquisíteces, como insertar grandes subtítulos anunciantes de otros espacios durante la emisión de los largometrajes, para alegría del que los está grabando. Y puesto que siempre ha existido más proclividad hacia lo malo, la práctica ha creado escuela. Recientemente, Antena 3 puso la magnífica Viento en las velas (A high wind in Jamaica, 1965), de Alexander Mckendrick, mutilando a la mitad su reparto final y, al tiempo, la preciosa canción con la que empieza y termina. Pero el 30 de octubre fue nada menos que en TVE-2 - La 2- en donde se produjo el hachazo correspondiente a La vida privada de Sherlock Holmes, de Billy Wilder, guillotinando -como está mandado- el reparto y sustituyéndolo, de golpe, por las imágenes de un concierto rock o lo que fuese la cosa, para que el buen sabor de la película se vaya al diablo. Otras veces, la misma TVE-2 lo ha hecho, que yo haya comprobado, y supongo que serán más. No me olvido del excepcional cine que están emitiendo en versión original, pero eso no disculpa esta desagradable y absurda costumbre. ¿Es que no pueden esperar unos segundos y dejar la obra en su integridad? ¿No pueden respetar este mínimo derecho de los que consideran el cine como algo más que un pasatiempo?-