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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

'Impuestos

El sábado salía yo contenta de mi casa cuando algo llamó mi atención.En la pared del portal, en lugar bien destacado y visible, había pegado un cartel que con palabras muy estudiadas y amables invitaba al ciudadano a pagar sus impuestos por adelantado, acogiéndose al periodo voluntario. Más tarde, convencida, llegué a considerar que ya que había que pagar, por qué no hacerlo en dicho periodo.

Lamentablemente, algo iba a ocurrirme ese día que me obliga a reconsiderar mi convicción. Aproximadamente a la 1.40 de la madrugada, la plaza del Teniente Alcalde Pérez Pillado se convirtió en una discoteca o concierto de rock al aire libre desde la radio de un vehículo aparcado con las puertas abiertas de par en par. Los decibelios invadían la noche y mi habitación. Esperé pacientemente que la música cesara. No fue así. La juerga nocturna seguía y seguía. Sobre las 2.40 horas, una hora después, decidí hacer uso de mi derecho como ciudadana y solicité la ayuda del 092. Me contestaron que enviaban inmediatamente un coche patrulla para allí. Pasaron las horas, una tras otra. Los decibelios seguían. El coche patrulla no aparecía.

Dieron las seis. Volví ingenuamente a marcar el 092. Volvieron a contestarme lo mismo: "Ahora va para allí un coche patrulla". Llegué a pensar si al otro lado del hilo estaría un agente municipal o un contestador automático. ¿Quién sabe? El coche patrulla nunca llegó.

Eran las siete: los decibelios pararon. Los juerguistas se fueron con la música a otra parte o simplemente a dormir.Me pregunto, señor alcalde: ¿no le parece poco delicado sugerir el pago voluntario de los impuestos a los ciudadanos dando un servicio tan pobre a cambio? Y que conste que en principio me sigue pareciendo bien lo del periodo voluntario y todo eso, pero, por favor, si se pide seriedad y responsabilidad ciudadana a los madrileños, ¿no cree usted que deberían ustedes por empezar a dar ejemplo?- Antonia Urbaneja Muñoz.

Soy médico y ejercía

la medicina privada en Alcalá de Henares (Madrid). Digo ejercía, porque dejaré ¿le hacerlo. Recibo el impuesto de actividades económicas (IAE) del año 1993 emitido por el excelentísimo Ayuntamiento, que asciende a 60.000 pesetas, cuando el del año 1992 era de 30.000.Perplejo por el aumento del ciento por ciento, me dirijo a la ventanilla en cuestión para hacer la oportuna reclamación, y me ratifican que es así, y que pago o me embargan.

En ese momento me viene a la mente el medio kilómetro que tengo que andar diariamente, bolsa de basura en ristre, hasta el único contenedor de basura que existe en mi calle (también pago el impuesto de recogida de basuras), o los socavones que soporta mi vehículo por una de las calles más transitadas de la ciudad (también lo hago con el impuesto de circulación de vehículos).

Pero a lo que iba. En una época de crisis económica, en la que se aconseja la congelación salarial, ¿se pueden subir un ciento por ciento los impuestos? ¿Así se fomenta la creación de empresas y empleo? Medite, señor alcalde. Medite-

Julián Martín Barallat.

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