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ETA asesina a un guardia civil jubilado de 78 años con una bomba colocada bajo su coche

El subteniente de la Guardia Civil Juvenal Villafañe García, de 78 años, padre de tres hijas y vecino de Andoáin (Guipúzcoa), murió ayer al hacer explosiónuna bomba instalada en los bajos de su coche nada más ponerlo en marcha. El atentado, atribuido por las fuerzas de seguridad a ETA, ocurrió a las 17.30 en las proximidades de su casa, en la calleEskolak, en el momento en que el jubilado acababa de arrancar su Renault 11, matrícula SS-4653-W. El pasado 2 de junio, ETA mató a un pequeño narcotraficante en San Sebastián.

La explosión arrojó al anciano a la calzada en medio de una intensa humareda. Testigos del atentado indicaron que la víctima tenía amputada una pierna y prácticamente destrozada la parte inferior del cuerpo. Un vecino indicó que el anciano no daba señales de vida y parecía haber fallecido. Una ambulancia de la Cruz Roja lo trasladó a la residencia Nuestra Señora de Aránzazu, de San Sebastián, donde ingresó cadáver. La víctima residía en Andoáin desde hace más de 30 años y, según varios vecinos, estaba considerado como una persona simpática y de buen temperamento. Juvenal Villafañe se dedicaba a gestionar licencias de caza y de pesca y era conocido en el pueblo como el sargento, por los años en los que desempeñó este cargo en el cuartel de la Guardia Civil de Andoián, al que llegó hace más de 30 años.

"Fue una explosión enorme. Yo estaba en la cocina y pensé que la bomba había estallado en el interior del local", indicó la propietaria de un bar. "Había muchísimo humo y cristales rotos, y en cuanto le he reconocido me he vuelto al bar porque me he puesto mala", añadió.

Un comerciante de la zona afirmó que, al escuchar la detonación, "seca y muy potente", pensó enseguida en un coche bomba. "Lo reconocí enseguida. Estaba allí tirado en el suelo, junto al coche. Era un hombre majo. Tenía una pierna prácticamente mutilada y no se movía", relató este comerciante.

La policía investigaba ano che la composición del explosivo utilizado, así como el sistema de activación del artefacto empleado, posiblemente una lapa o un péndulo.

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El anterior atentado cometido en Guipúzcoa se produjo en San Sebastián el pasado 2 de junio, con el asesinato de Ángel María González Sabino, un toxicómano y supuesto pequeño traficante que fue abatido a la puerta de una vivienda de su familia. Tres días después, ETA secuestró al directivo de la empresa lkusi Julio Iglesias Zamora.

"Comando Donosti"

La ausencia de atentados durante el tiempo que ha durado el secuestro ha acrecentado la sospecha policial de que los autores del secuestro de Julio Iglesias son los integrantes del comando Donosti. El asesinato del anciano plantea, entre otros interrogantes, la posibilidad de que exista otro grupo de activistas en esta provincia.

El diputado general de Guipúzcoa, Eli Galdos, indicó anoche que "esta nueva expresión de locura asesina no hace sino llevar hasta extremos indescriptibles nuestro desprecio hacia esos elementos marginales que son capaces de matar a un jubilado y se enmascaran bajo pretextos ideológicos y políticos que ya no engañan a nadie".

"ETA, KAS y Herri Batasuna deben entender que la paciencia de la mayoría no es eterna. Que la capacidad de aguante tiene un límite y que la única salida pacífica que puede admitir y exige el pueblo vasco pasa por el abandono inmediato de las armas", añadió Galdos.

El PNV también se sumó a las condenas por medio de un comunicado en el que, tras señalar que "sobra la intolerancia y el fanatismo: sobra ETA", se afirma que, "a buen seguro, los miembros de KAS de Euskal Herria, y más en concreto los de Andoáin, aplauden y jalean este tipo de atentados, aunque sea en la intimidad. Tienen que saber que tarde o temprano serán descubiertos".

El conjunto de los partidos democráticos pidió ayer a los ciudadanos que continúen testimoniando su repulsa a ETA y participen en las concentraciones pacifistas.

[Tres presuntos miembros de ETA detenidos el miércoles en Biarritz (suroeste de Francia) fueron puestos en libertad sin cargos horas después. Los liberados son Mari Carmen Urritikoetxea, esposa del dirigente de ETA encarcelado en Francia Josu Ternera, y los franceses Antxon Amilibia y Anne Marle Amilibia, domiciliados en Biarritz].

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