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Grecia acaba con la imbatibilidad de España

Robert Álvarez

Los últimos 32 segundos torcieron la tesis doctoral. España se quedó en blanco ante la última pregunta del examen griego. Le costó el partido. En ese minuto y medio se tragó su imbatibilidad. Unas pocas gotitas ensuciaron el impoluto traje con el que España ha recorrido las primeras fases del de Europeo. La magnitud de la derrota pese a ello fue mínima. España se aseguró igualmente el primer puesto de su grupo.El partido tuvo trampa. Los griegos no exprimieron todo su potencial, reducido en cuanto a número de hombres, bien es cierto. Quisieron dosificar a sus cuatro únicos titulares indiscutibles. Fassoulas, Yannakis, Galakteros y Cristodulo conversaron más que nunca con los reservas en el banquillo. Son jugadores para los 40 minutos. Pero ayer tuvieron su ración de descanso. Paradójicamente, las baterías griegas, más descansadas que nunca, se desplegaron en su totalidad en los últimos instantes. Christodulo y Yannakis, con sendos triples, y Galakteros, con una canasta más tiro adicional, le dieron la vuelta al 73-67 que figuraba en el marcador a falta de esos fatídicos 32 segundos. España dejó ver su talón de Aquiles.

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En cuartos de final, Alemania

El partido empezó como se presumía. Fue una huida hacia adelante de los griegos. Ellos lo hicieron casi todo: tres triples, dos tapones por parte de Fassoulas, dos balones perdidos. Una buena muestra de su estilo que puso el marcador en un 7-18. La forma en que la selección paré el diluvio, con otros tres triples, buscando alguna actividad más dentro de la zona para que Fassoulas no se adueñase por entero de ella y la mejora en la defensa de Jiménez a Galakteros y de Martín a Christodulo se tradujo en una vuelta a la igualdad, a 22 tantos, en el marcador.

Los griegos empezaron a introducir cambios y a permitir que se viera por dónde están sus vías de agua: 36 puntos les metió el ruso Bazarevitch y 32 el israelí Gordon. Villacampa acabó con 3 1. Es evidente que la línea exterior griega arrastra una grave deficiencia. Faltan ayudas. Ayer Sigalas no pudo con Villacampa, pero Yannakis y Galakteros se ciñeron a lo suyo, mientras que los pívots tampoco estaban para dar ayudas, empeñados como andaban en asustar en su cueva. España, a pesar de su ridículo 36% en los tiros desde dentro de la zona, abrió brecha en el marcador. Como casi siempre, fue mediado el segundo tiempo cuando adquirió mayor ventaja: 60-50. Pero poco después volvieron Christodulo y Fassoulas, y España volvió a perder aceite sin que Epi, que apenas pudo lanzar, lograra remediarlo. Fue una buena ocasión para haber ganado aún mayor credibilidad, aunque si algún partido se podía perder era el de ayer. El que está terminantemente prohibido perder es el de cuartos de final, el viernes en Múnich, contra Alemania.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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