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El agua de mayo convierte el sur de Madrid en una Venecia industial

El temporal de lluvia le dio ayer el día a los hombros de Madrid. Cada cuarto de hora salieron del cuartel para retirar un árbol caído o achicar el agua de sótanos y portales. Las calles de los polígonos Martinsa y Wells, de Humanes, se convirtieron durante unas horas en una Venecia industrial, con canales de un metro de profundidad en vez de calles. Los 39 litros por metro cuadrado que cayeron ayer obligaron a suspender la corrida de toros y a soportar los más graves atascos del año, pero llenaron un poco más los pantanos.

Abril fue el mes más seco de los últimos dos años, pero el agua de mayo ha logrado que por lo menos haya tantas reservas en los pantanos como el año pasado por estas fechas. Aunque las últimas lluvias han aportado 14 hectómetros cúbicos a los pantanos, las restricciones al riego de praderas y los consejos de ahorro, se mantendrán mientras los embalses de la región no estén al menos a un 60% de capacidad, para lo que se necesitarían aún 166 hectómetros cúbicos. El decreto de la Asamblea de la Comunidad de Madrid que limita el uso de aguas del Canal de Isabel II está vigente desde hace justamente un año. La intensa lluvia sólo necesitó cinco horas para anegar la zona industrial de Humanes, que carece de una red de saneamiento moderna para absorber un diluvio. Pero los cuatro coches bomba de Fuenlabrada y Parla gastaron seis horas en retirar el agua acumulada y depositarla en unos parajes próximos. Los bomberos de la Comunidad atendieron ayer 60 inundaciones en la región. El agua embolsada en los polígonos entró en algunas naves y empapó papel, materiales y herramientas, que quedaron inservibles. Las 100 empresas instaladas en este área permanecieron ayer paralizadas a causa del aguacero. Hoy los propietarios de estas industrias han anunciado un corte en la carretera para exigir a la Comunidad y al Ayuntamiento de Humanes la instalación de un colector que vienen reclamando desde hace tres años. El desbordamiento de los polígonos afectó a la carretera que enlaza Fuenlabrada y Humanes, donde se originó un gran atasco a causa de las dificultades que tenían los vehículos para atravesar las profundas bolsas de agua almacenadas.

Herido por las ramas

El ansiado maná trajo ayer atascos desesperantes, inundaciones y desprendimientos de comisas en Madrid. Los bomberos del Ayuntamiento tuvieron una jornada de trabajo memorable. En un día normal, hacen unas 20 salidas de promedio en 12 horas, frente a las 85 que realizaron ayer entre las nueve de la mañana y las nueve de la noche. Entre 12 y 15 fueron para achicar agua, mientras que el resto (excepto cuatro aperturas de puertas) fueron intervenciones en comisas, azoteas, balcones y revocos de fachada, que cedían por la humedad. Aunque en otras ocasiones la zona sur de la capital sufrió más los efectos del temporal, ayer se repartieron por toda la ciudad. Pese a que los desprendimientos de materiales de las fachadas no hirieron a nadie, un conductor resultó herido al caer un rama sobre su coche en la calle de Gutiérrez Solana (Chamartín). El departamento municipal de Protección a la Edificación derribé anoche una marquesina en la Gran Vía, que a causa del aguacero estaba a punto de caer. En Fuenlabrada, las precipitaciones también impidieron a 800 niños del colegio Víctor Jara acudir a clase. Al estar atascados los canalones, el agua entró en las aulas. Una empresa de limpieza ha asegurado que hasta mañana no quedarán las clases secas. En el colegio Nile de Fuenlabrada también quedó encharcado el gimnasio. El chaparrón también obligó a cerrar los juzgados de Leganés. A la vez, el matadero de Getafe quedó anegado por la inundación del colector del Prado Acedina. En el polígono Cobo Calleja (entre Fuenlabrada y Pinto) también el arroyo creció hasta desbordarse y el agua penetró en algunas naves.

Circulación imposible

La circulación en la ciudad fue ayer muy complicada, sobre todo en las carreteras de acceso. Hubo dos colisiones múltiples en la M-30, una en el paseo del Marqués de Monistrol, donde el lunes también chocaron varios coches, y otra en el nudo de Manoteras en dirección a Burgos.La circulación de trenes también se vio afectada por la tormenta. En Sigüenza (Guadalajara) el viento arrojó un tejado a la vía del tren, que lo arrolló. El accidente, a las diez de la noche del lunes, interrumpió el tráfico en la vía férrea de Madrid a Logroño hasta la ocho de la mañana. Por esta razón diversos servicios de Renfe sufrieron retrasos.

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