_
_
_
_

Los ciclistas podrán justificar con un carné un nivel alto de testosterona

Carlos Arribas

Los ciclistas serán los primeros deportistas que podrán disponer de un carné que atestigüe un nivel de testosterona anormal debido a causas fisiológicas o una enfermedad -en otros deportes, esta comprobación se hace después de que el atleta da positivo-. Ello evitará que re repitan casos como los de los corredores Cyrille Sabatier o Gert Jan Theunisse, que dieron positivo en controles antidopaje y alegaron que su alto nivel del anabolizante testosterona procedía de motivos endógenos, no porque se lo hubieran inyectado.

La testosterona es un compuesto orgánico de la familia de los esteroides. Es la hormona masculinizante producida por los testículos. Es responsable del desarrollo de los órganos sexuales masculinos y de la aparición del vello facial y el timbre de voz. En 1982 se incluyó como substancia dopante en las listas del Comité Olímpico Internacional (COI) al haberse detectado que numerosos deportistas se la inyectaban para desarrollar más la masa muscular y una euforia que disimulara la fatiga.El nivel de testosterona se mide en relación con el de epitestosterona, otra hormona natural. Como media, una persona tiene un nivel de testosterona / epitestosterona entre 0,5 y 2. La cantidad puede variar. Por ejemplo, sube cuando hay un estímulo erótico y baja con la fatiga. Se considera que hay dopaje si su nivel es de 6 o superior.

Algunos deportistas que han dado positivo han alegado que su tasa era superior a 6,por causas fisiológicas -su organismo necesita más testosterona para funcionar de manera normal- o patológicas -una enfermedad, como - la hepatitis, puede influir en la eliminación por la orina de la substancia-.Éste fue el caso del lanzador de disco David Martínez en la víspera de los Juegos Olímpicos de Barcelona.

Dos ciclistas, el francés Cyrille Sabatier y el holandés Gert Jan Theunisse, sufrieron controles positivos por testosterona y se desgañitaron intentando probar su inocencia. Ambos proclamaron que no se habían dopado y que si tenían un nivel superior a 6 era por causas naturales. El nuevo reglamento de la Unión Ciclista Internacional (UCI) habría evitado el problema.

Los corredores que crean que producen más testosterona de la permitida y lo deseen podrán someterse a una serie de estudios que certifiquen esa anomalía en laboratorios aprobados por la UCI. Este organismo les extenderá un certificado que presentarán siempre que pasen un control.

Complejidad

"El principal problema es que los análisis para probarlo son muy complejos y pueden durar mucho tiempo, hasta un año", dice Cecilia Rodríguez, jefe del laboratorio antidopaje del Consejo Superior de Deportes; "es el primer deporte que lo hace antes de los controles. En el atletismo, por ejemplo, se hace después. Si un deportista lo alega, se le hacen después controles sin avisar o en sangre"."Es un paso adelante. Permitirá que no se castigue a inocentes", afirma Eufemiano Fuentes, médico del equipo Amaya; "prefiero que se escape un culpable a que se condene a un inocente. Era muy duro para un deportista tener que demostrar su inocencia después de haber sido castigado. De todas formas, la testosterona está a la baja como medio de dopaje. Su relación beneficio-perjuicio para el rendimiento del deportista es muy negativa. Rinden más otras como el estanozolol o la nandrolona".

En el caso de que los corredores no tengan tiempo para someterse a los complejos análisis que justifiquen su elevada producción natural de testosterona, la UCI permite que pasen un control. "Eso está muy bien", dice Fuentes; "hasta ahora, ningún laboratorio se prestaba a hacemos estos análisis cuando se los solicitábamos".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_