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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Legitimarse

EL PRESIDENTE Fujimori y el partido que le llevó a la primera magistratura de Perú, Nueva Mayoría-Cambio 90, ganaron el pasado domingo las elecciones para un Congreso Constituyente Democrático (CCD) con el 38% de los votos, con lo que obtuvo la mayoría absoluta. No sorprende la victoria, considerando que de todas las grandes formaciones políticas peruanas sólo concurrió el- Partido Popular Cristiano. Las demás (el APRA, Acción Popular y el Movimiento Libertad, de Mario Vargas Llosa) estuvieron ausentes, aunque no pasivas: con su acción contraria consiguieron que casi el 23% de los votos fueran. deliberadamente nulos. Lo que sorprende es que la victoria de Fujimori haya sido tan pequeña, teniendo en cuenta el despliegue institucional y las presiones ejercidas desde el poder. También debe admitirse que el resultado, por lo que tiene de ajustado, favorece al presidente, que, al menos, no podrá ser acusado de dar pucherazos electorales.Todo dictador, aunque sea tan atípico como Fujimori (objeto, a su vez, recientemente, de un intento de golpe de, Estado que, dependiendo de la lectura, tenía por objeto "regresar a la democracia" o demostrar que el presidente no es un dictador, sino que lo son los militares que están más a su derecha), busca legitimarse de alguna manera, revistiéndose de un manto de democracia. En Perú, esta autolegitimación consiste en la convocatoria de una Asamblea Constituyente que redactará un nuevo texto constitucional sin verdadera oposición. La nueva redacción se cuidará, sin duda, de justificar el autogolpe de Estado y de permitir la prolongación del mandato de Fujimori, con alguna modificación de la regla de la reelección.

Sin duda, a FuJimori le hubiera gustado poder aprovechar en beneficio de su campaña el efecto popular favorable de la detención del líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, hace unos meses. Pero la ola de atentados desatada en las últimas semanas por la organización terrorista empañó el éxito de este logro. Fujimori hará su nueva Constitución. Dadas las escasas diferencias de voto entre Cambio, 90 y el conjunto de los restantes partidos, se verá obligado a pactar muchas de sus disposiciones. Pero, por mucho que prometa que con ella devolverá la democracia a Perú, seguirá siendo un dictador cuyos problemas nacionales no se resuelven con la aplicación más o menos rígida de la regla autoritaria.

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