Bush y Clinton intentan asegurar votos con una maratoniana gira en el último día de campaña
Los norteamericanos eligen hoy entre el cambio y el continuismo en unas elecciones presidenciales que deciden la orientación de la política de Estados Unidos en la posguerra fría. Los dos principales candidatos, el demócrata Bill Clinton y el republicano George Bush, hicieron ayer un último y maratoniano esfuerzo para asegurar las intenciones de voto manifestadas por los electores, en el caso de Clinton, y revertirlas por completo, en el caso del presidente. El primero visitó ocho Estados y nueve ciudades, en una carrera más frenética que la de su rival, quien sólo hizo campaña en seis Estados.
El favorito a la victoria, según todas las encuestas, es el candidato demócrata, Bill Clinton, de 46 años, que propone enterrar el reaganismo para lograr "un nuevo amanecer" en este país, basado en una política de mayor solidaridad social, crecimiento económico y reducción de la presencia militar en el exterior. Los republicanos, enarbolando la defensa de los "valores de la civilización cristiana", cuentan todavía con que un milagro salve a George Bush de la derrota.Sólo un espectacular cambio en el pronóstico, provocado por la influencia del voto del miedo, promovido por Bush, o por la deserción de los votantes de Ross Perot hacia el bando republicano, podría permitir la reelección del hombre que ha ocupado la Casa Blanca durante cuatro años y que pasó ocho años más en la vicepresidencia.
El final de la campaña ha sido muy apretado para ambos candidatos. Bill Clinton recorrió ayer ocho Estados: de Pensilvania a Colorado pasando por Ohio, Michigan, Misuri, Kentucky, Tejas, Nuevo México y Colorado. Más de 6.500 kilómetros en 29 horas. En su sprint final, Bush hizo un recorrido parecido: Nueva York, Pensilvania, Ohio, Kentucky y Luisiana para terminar en Houston (Tejas), donde esperará los resultados.
Las últimas encuestas coinciden en otorgarle a Bill Clinton, actual gobernador del Estado de Arkansas, una victoria por un margen de entre cinco y ocho puntos. El sondeo de la CNN-USA Today da un 44% a Clinton, 36% a Bush y 14% a Perot; el de NBC-The Wall Street Journal, 44% a Clinton, 36% a Bush y 15% a Perot; el de ABC, 42% Clinton, 37% Bush y 17% Perot.
La victoria demócrata parece aún más clara en otra encuesta elaborada por la compañía Gallup para CNN-USA Today en la que, por primera vez en esta campaña, se incluye una proyección de la probable orientación del voto que todavía se declara indeciso. En ese sondeo, Clinton aparece con un 49%, Bush con un 37% y Perot con un 14%.
Clima de pánico
A los 68 años de edad y después de haber servido en los cargos más importantes a los que puede aspirar un político, George Bush no quiere pasar a la historia como el cuarto presidente del siglo que no consigue la reelección. Su mensaje en las horas finales de la campaña ha sido el de crear un clima de pánico entre los votantes ante la posibilidad de que Clinton llegue a ocupar el Despacho Oval. "La clave de esta elección", dijo el candidato republicano, "es, simplemente, que no podemos permitirnos el riesgo de ver al gobernador Clinton en la presidencia".La campaña republicana ha tratado de explotar el episodio de Clinton y la guerra de Vietnam hasta el último minuto. El propio Bush reveló que tiene pruebas que demuestran que el candidato demócrata utilizó su amistad con un coronel retirado para destruir su expediente en el programa del reclutamiento de oficiales universitarios.
Bill Clinton intentó ayer, en el último día de campaña, asegurar Su triunfo y, si es posible, darle una magnitud histórica. El candidato demócrata, que ha adoptado ya una pose presidencial en sus discursos, sufrió el domingo una recaída en su afonía crónica. "Puede que yo haya perdido la voz, pero estoy seguro de que vamos a encontrar un renacimiento de Estados Unidos el 3 de noviembre", declaró trabajosamente Clinton. Le quedaron fuerzas, sin embargo, para ofrecer un pequeño concierto de saxofón ante un grupo entusiasmado de jóvenes rockeros en New Jersey.
Ross Perot se ha decidido en esta fase final de la campana por un tono muy agresivo contra sus dos rivales. El multimillonario tejano insiste en que puede ganar estas elecciones y ha descalificado a Clinton como "un criador de pollos" (en referencia a la industria más importante de Arkansas) y a Bush como un candidato derrotado de antemano.
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