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Tribuna
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¿Por qué?

Este mes ha cobrado menos dinero la asendereada grey de asalariados (unos cuantos millones de espanoles), y no se sabe muy bien el motivo. Bueno, sí; algo se sabe: la Hacienda pública necesita dinero. Lo que no, se sabe es por qué necesita dinero; nadie lo ha explicado.Parece como si la Hacienda pública se hubiera arruinado de repente. Hace un añito escaso, la asendereada grey de asalariados y todos los demás teníamos la sensación de que este país era Jauja. Hace un añito escaso, la prosperidad que habíamos alcanzado constituía el pasmo de Occidente. Hace un añito escaso corría el dinero, se concedían subvenciones, se compraba lo que hiciera falta, se montaban los más grandes fastos que haya conocido la historia del mundo. Hace un añito escaso, oías a las altas esferas hablar de 1992 y quedaba claro que, en llegando, aquí se atarían los perros con longaniza.

Pero llegó 1992, con sus grandes fastos, y ya no se atan los perros con longaniza, ya no somos el pasmo de Occidente. Sólo somos pobres. Y los asalariados cobramos menos. Y -según nos han advertido- en 1993 lo pasaremos peor. O sea, que algo ha debido de, ocurrir. Algo muy grave para que no haya dinero de repente. Algo quizá lógico, imprevisible, fatal -nadie dice lo contrario-, y eso es, precisamente, lo que queremos saber.

En tiempos de la dictadura, el que preguntaba se quedaba de cuadra. En tiempos de la dictadura, si preguntabas, te pegaban un papirotazo en la boca, pues era forzoso aceptar sin pregunta, reserva, comentario, ni apostilla de ningún género, cuanto decidiera el dictador; eso o la perpetua. En democracia, sin embargo, pedir cuentas es un derecho; rendirlas, una obligación.

No hay dinero, de acuerdo; pero ¿por qué?

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