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El hundimiento de una tribuna del campo del Bastia provoca nueve muertos y 400 heridos

La catástrofe fue retransmitida en directo. Millones de telespectadores franceses asistieron anoche al hundimiento de una tribuna auxiliar instalada en el estadio Furiani, de la ciudad corsa de Bastia, donde debía celebrarse el partido de la semifinal de la Copa de fútbol de Francia entre el equipo local y el Olímpico de Marsella. A primera hora de la madrugada de hoy, la catástrofe había deparado un mínimo de nueve espectadores muertos y 400 heridos, 80 de ellos en estado grave.

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A las 20.20 horas, TF-1, la principal cadena televisiva de Francia, comenzaba la retransmisión en directo el partido cuando, bajo el peso de un público superexcitado que propinaba patadas de impaciencia, se desmoronó buena parte de la gran tribuna de metal y madera que había sido instalada días antes para poder recibir 9.000 espectadores suplementarios. Las cámaras llevaron instantáneamente a las casas donde los franceses ultimaban su cena el espantoso ruido del derrumbamiento y luego el caos, el dolor, la sangre, la tragedia y la solidaridad.Mientras se anunciaba la suspensión del partido, comenzaba la evacuación de las víctimas Decenas de ellas fueron instaladas sobre el césped y otras trasladadas desde el primer momento a ambulancias. Pero las ambulancias no podían abandonar la zona. Estaban atrapadas en un inmenso atasco de tráfico y las cámaras de TF-1 enviaban a toda Francia la imagen de las girófaros iluminando impotentes los alrededores del estadio.

Modelo para Barcelona 92.

Este partido debía designar el equipo que el próximo fin de semana afrontaría con el Mónaco la final de la Copa de Francia. La presencia del Olímpico de Marsella, virtual ganador de la Liga francesa, había atraído a un público numeroso y apasionado al estadio Furiani. Los responsables del Spórting de Bastia, un modesto equipo de Segunda División, habían decidido doblar la capacidad de su pequeño y viejo estadio, unos 8.000 espectadores, añadiendo una tribuna provisional del tipo de las que habían dado buenos resultados en los recientes Juegos Olímpicos de Invierno de Albertville.

Los comentaristas deportivos de TF-1 afirmaban que ese modelo de acomodo del público extraordinario debe ser instalado también en los próximos Juegos Olímpicos de Barcelona.

El presidente de la Federación Francesa de Fútbol, Jean Fournet-Fayard, aseguró ayer en Lisboa, donde se encontraba para presenciar hoy la final de la Recopa, que sus técnicos habían verificado la seguridad de la tribuna y no encontraba explicación a la catástrofe. En la Asamblea Nacional francesa, que celebraba una sesión nocturna, varios diputados acusaron de "irresponsabilidad" a los directivos del fútbol galo. Los diputados guardaron un minuto de silencio por las víctimas y decidieron crear una comisión de investigación.

Algunas espectadores, según afirmaban testigos presenciales, habían caído desde una altura de 20 metros. Otros habían quedado atrapados bajo los escombros. Veinte minutos después de la catástofre numerosos helicópteros aterrizaron en el césped del estadio Furiani para evacuar a las víctimas que yacían sobre el terreno de juego. Tres horas después del drama seguían sacando cuerpos del estadio.

Durante toda la velada, las cadenas de televisión y emisoras de radio del país difundieron un mensaje del Ministerio del Interior en el que se pidió a los ciudadanos que no telefonearan a Córcega, a fin de no ocupar unas líneas imprescindibles para los servicios de socorro. Varios aviones con ayuda médica volaban de madrugada hacia la capital corsa. Bernard Tapie, Ministro de la Ciudad y presidente del Olímpico de Marsella, dijo a medianoche: "El fútbol francés y toda Francia están de luto".

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