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"No, que papá está sin trabajo"

Los 200 empleados de Boetticher llevan casi un año sin cobrar nada

Cuando la hija pequeña de Mario le pide a su padre un capricho, su hermano mayor de ocho años rápidamente toma la iniciativa y contesta "no, que papá está sin trabajo". Mario Yusta, de 35 años, es uno de los 200 empleados de Boetticher que recibieron por última vez su salarlo en julio de 1991. En enero Magistratura condenó a Boetticher, Gestiber y a otras cuatro empresas a indemnizarles "solidariamente" por valor de 1.326 millones por formar "una comunidad de bienes". Los empleados denuncian que estas empresas han presentado suspensión de pagos "para intentar no pagar".

Fue la de julio su última paga. Desde entonces los trabajadores de Boetticher y Navarro, una empresa de fabricación de bienes de equipo, han tenido que hacer filigranas para salir adelante. La empresa cesó su actividad en diciembre y en enero Magistratura anula la relación laboral con la plantilla.En enero, el Juzgado de lo social número 22 de Madrid condenó a Boetticher y Navarro, Gestiber -dueña de las acciones- y otras cuatro empresas "a abonar conjunta y solidariamente" 1.326 millones a los 200 trabajadores al entender que todas ellas constituyen "una auténtica comunidad de bienes" con "administración y tomas de decisiones unitarias", reza la sentencia. En marzo, este juzgado de Madrid declaró firme esta sentencia.

Así que podrán cobrar el paro "aunque nos han dicho que, como muy pronto, hasta junio nadie lo recibirá", explica uno de los afectados. A este paso, muchos de ellos cumplirán un año "sffl ver un duro". Para salir adelante se endeudan con la familia, queman los ahorros destinados para la compra de un piso o se van a vivir a casa de un familiar. Como Estrella Bautista, de 34 años y 17 años de antiguedad en' la empresa, y sus dos hijos que se ha tenido que ir a vivir a casa de su madre "porque así no hay qtpagar la electricidad".

Expedientes en cascada

Desde enero las seis empresas condenadas: Boetticher, Comer-cial de Tecnologías Recreativas (CTR), Oficina Técnica y Com-

ercial (OTC), Gestiber, G. Activos y G. Acciones han presen-

tado suspensión de pagos, según fuentes de los trabajadores que añaden que, por ahora, ha sido admitida a trámite la de OTC y

denegada -en enero- la de Boetticher. De todas ellas, sólo

esta tiene patrimonio, también según los trabajadores, ya que

posee 70.000 metros cuadrados a las afueras de Madrid. Sus abo-

gados han embargado la maquiaria de la empresa.

El juzgado 22 de lo social dictó en febrero un auto por el que

daba cinco días a las seis empreas para que depositaran los 1.326 millones de la condena en cuenta de Magistratura al entender

"que se trata de un imporante grupo de compañías que controla un gran número de empresas y tiene una gran influencia prestigio económico en nuestro país". Las condenadas lo recurieron y el, 11 de marzo este juzgado dictó otro auto desestimando esos recursos "confirmando" el de febrero y declarando firme sentencia de enero que les condenaa indemnizar.

El comité de empresa -de CC 00- denuncia "maniobras dilatorias para intentar por todos los medios no pagar las inemnizaciones". EL PAIS ha intentado, sin éxito, contrastar estas informaciones con los responsables de Gestiber quienes se hicieron la gestión de Boetticher en 1998.

Los empleados señalan que "no queremos cobrar del Fondo de Garantía sino que paguen las empresas condenadas porque entendemos que tienen bienes suficientes". El Fondo de Garantía del Ministerio de Trabajo -que cubre los pagos de empresas declaradas insolventes- aportaría sólo 350 millones de los 1.326.

El no cobrar desde, hace ocho meses no sólo ha hecho mella en su cuenta corriente. Maria Luisa Machuca de 41 años, de los cuales 23 se los ha pasado trabajando en Boetticher, explica que la salud y la vida familiar de los afectados están pagando el pato.

La mayoría llevan más de 15 años en la empresa y hablan conpreocupación del futuro laboral de muchos trabajadores no especializados y con más de 50 años. Incluso Mario Yusta, que sólo tiene 35 años pero lleva 20 en la compañía, ve con pánico la hora de buscar otro empleo. "Desconozco el mercado de trabajo. No se qué mundo hay fuera de Boetticher".

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