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Reportaje:

Un mundo cruel visto por un inocente

El caricaturista Plantu se ha convertido en la estrella del diario francés 'Le Monde'

Una frase se ha convertido en el distintivo de los adictos a Le Monde: "¿Has visto el plantu de hoy?". Y es que lo primero que los lectores buscan al desplegar su ejemplar del serio y prestigiose) diario francés es el chiste de primera página de Plantu. Y siempre encuentran un feroz editorial gráfico sobre el estado de Francia y el mundo. Plantu acaba de contar en un libro y un reportaje televisado su cumbre con Yasir Arafat.La primavera pasada, al enterarse de que Plantu estaba en Túnez presentando una exposición de sus trabajos, Arafat organizó una entrevista con el dibujante, uno de esos semiclandestinos encuentros de madrugada del líder palestino. El reportaje televisado, que con el nombre de Encuentro en la cumbre Plantu-Arafat cuenta esa entrevista, acaba de obtener el premio del festival internacional de periodismo de Angers.

Plantu se acordó de que Arafat había sido arquitecto. Propuso entonces que ambos dibujaran al mismo tiempo que conversaban. Arafat aceptó. Para resumir su sueño de la convivencia pacífica de las tres religiones monoteístas, Arafat dibujó un signo formado por una cruz, un candelabro y una media luna. Plantu hizo luego un dibujo en el que un fedai palestino intenta firmar el reconocirrilento de Israel con una estilográfica. No lo consigue, porque un soldado israelí pretende firmar el reconocimiento del Estado palestino con el mismo instrumento. Uno y otro sudan, se estorban y no culminan su tarea. Arafat rubricó entonces la parte del palestino.

JeariPlantu, casado y con hijos, tiene 40 años y lleva más de tres lustros en Le Monde, donde recibe casi tantas cartas como el director. Muchas son peticiones: "Haga, por favor, un dibujito para nuestra causa". Todos los días, salvo domingos, Plantu debe entregar su dibujo de primera página a las 11.30, lo más tardar. Eso le obliga a despertarse a las cinco para atiborrarse con las informaciones radiofónicas. La noche anterior ya se ha tragado todos los telediarios. Si no tiene muy clara la primera idea, se atraca también con los periódicos de la mañana. Después, en su pequeño estudio del popular distrito 11 de París, el dibujante se agarra a la segunda inspiración. Meticuloso como es, busca en su archivo un uniforme de militar soviético o despierta a cualquier corresponsal para ver si su interpretación de tal noticia es correcta.

Una vez listo el dibujo, lo envía por fax a la redacción del periódico, en la Rue Falguière. Si le gusta al redactor jefe, ya está. Si no, hay que empezar de nuevo, .ahora más contra reloj. El jefe suele aceptar el dibujo sin rechistar. Plantu tiene el pelo alborotado, la camisa que se le sale del pantalón, el rostro redondeado y una mirada inteligente y bienhumorada. Está convencido de que ha logrado retrasar 10 años su infarto gracias al fax. Antes de este invento, se pasaba las mañanas en el ruidoso y frenético ambiente de la vieja redacción, en la Rue des Italiens.

"Hay que haber fracasado en todo para dedicarse al dibujo de prensa", dice. Plantu estudió Pintura en el Liceco Henri IV, Medicina en una Facultad parisiense, hizo tebeos en Bruselas y vendió muebles en Galeries Lafayette.

Todas los días, después de enviar su dibujo, se hace la misma reflexión que miles de periodistas: "Debería hacer deporte... A ver si empiezo el próximo fin de semana". Evidentemente, no lo hace. Si tiene algo de tiempo libre lo dedica a leer libros de política y de economía mientras escucha a Ravel.

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