¡Hasta tú, matilde'!
La bolsa sube, la bolsa baja. No se sabe si le importa a alguien. Agosto, en el parqué, como comentaba ayer un operador aburrido, es tiempo para reflexionar, para ensanchar el círculo de amistades y para especular acerca de lo duro que será el mes de septiembre. Agosto no es un mes adecuado para trabajar seriamente. Nadie valora las subidas. Ni las bajadas.El estado de relajación generalizado y el escaso interés inversor sirvieron ayer para que se rozaran mínimos de contratación anuales y para que Telefónica, por vez primera en mucho tiempo, no marcara cambio. Hasta las matildes, con una frecuencia de contratación habitual del 100%, pagaron ayer el precio de la abulia que impera en el mercado. Los títulos de Telefónica, con precios a la baja, sí despertaron interés comprador, pero, sencillamente, no hubo contrapartida vendedora suficiente para cubrir el reglamentario 20% de la demanda y fijar un precio.
En una sesión tranquila, en la que lo único destacable fue el inicio de contratación de las nuevas acciones de Iberdrola, ni la apertura al alza de Wall Street, ni el mantenimiento de los tipos de interés en la cesión de letras a tres meses tuvieron influencia alguna.
El índice general, rozando el 270%, perdió ayer lo ganado en la jornada precedente.