Chiapucci intentó acabar con el tedio
Los corredores hicieron ayer horas extras tras completar una jornada sin interés que les retuvo en la bicicleta cerca de ocho horas. La cuarta etapa se resolvió al sprint tras un duelo entre el advenedizo Abdujaparov, un velocista soviético de 27 años con una sola temporada de experiencia profesional, y hombres ya consagrados como Van Popel, Ludwig y Museeuv. El soviético se apuntó su segunda etapa, que le puede servir para hacerse un palmarés de urgencia. Los favoritos, entre tanto, emplearon el tiempo entre un largo sesteo, la neutralización de una escapada que protagonizó el italiano Chiapucci y algunos juegos florales en un repecho: en algo así como un par de kilómetros se les vio aparecer. Poca cosa: jugaban y median sus fuerzas.
ENVIADO ESPECIAL,
Los favoritos se preguntan cómo está cada cual. Es una costumbre en las primeras etapas de una gran vuelta que semejan los asaltos de tanteo. Cambian impresiones unos con otros o envian al gregario de turno a que averigue. "¿Cómo está LeMond?" preguntan todos. "Lemond está muy fuerte" vino a decirle Breukink a Delgado en una de esas conversaciones.Breukink, efectivamente, había tenido oportunidad sobrada durante 50 kilómetros de escapada de observar el estado de forma de norteamericano, el gran favorito mientras no se demuestre lo contrario.
Aún así, todos buscan alguna observación más en directo, que fue lo que hicieron ayer durante algunos kilómetros cuando se observaron saltos y más saltos de corredores notables. Saltó Pensec para emoción de los franceses, le siguió el irrefrenable Chiapucci, a continuación Delgado, más tarde Bugno y, finalmente, Induráin. Es decir, los que no estuvieron arriba cuando debieron estar. Se limitaron a medir fuerzas en unos repechos para ver cómo andaba la gente de energias tras siete horas de carrera.
Fue la de ayer una etapa interminable: 286 kilómetros bajo un soberano calor, mucho subebaja y algo así como ocho horitas en bicicleta.
En cualquier caso, de los aspirantes es Chiapucci el que parece más nervioso, o el más extrovertido. Se ha ganado una fama de pendenciero en muy poco tiempo a fuerza de enfrentamientos con corredores como LeMond, Delgado, Fignon y Boyer. "Quien piense que no voy a atacar es que no me conoce", había dicho ayer mismo. Y Chiapucci atacó hasta por dos veces, aunque sin éxito.Escapada
El italiano protagonizó la única escapada interesante, en un descenso (parece ser ésta una de sus especialidades) provocó que abandonara la compañía del pelotón un grupo de cinco corredores. Entre ellos iban, el francés Claveyrolat, aspirante al premio de la montaña, y el español Chozas, aspirante a ganar la que sería su quinta victoria de etapa en un Tour. La escaramuza duró algo así como 50 kilómetros y disfrutaron de una ventaja máxima de 45 segundos. Poco bagaje, sin duda, posiblemente porque ninguno quiso gastar energías a casi 100 kilómetros de la meta.
La jornada, por tanto, acabó al sprint. Fue un final largo, emotivo y espeluznante porque se atisbó la posibilidad de una caída masiva. El soviético Abdujaparov, un hombre de 27 años que parece ser un nuevo descubrimiento como velocista, demostró una fortaleza extraordinaria al aguantar desde muy atrás el acoso de excelsos sprinters como Museeuw, Ludwig y Van Popel. El soviético bloqueó, en algún momento, a Museeuw y la victoria dependió de la reclamación.
