Felipe González y Helmut Kohl intentan olvidarse de sus problemas en Lanzarote
El presidente del Gobierno, Felipe González, y su huésped alemán, el canciller Helmut Kohl, intentaron olvidarse ayer de sus problemas relajándose en Lanzarote, isla que recorrieron hasta primera hora de la tarde, cuando se inició formalmente la séptima cumbre hispano-alemana. Si el primero padece la tirantez entre su Gobierno y el PSOE, la popularidad del segundo está por los suelos y la coalición que encabeza amenaza con romperse.
"Soy mejor fotógrafo que gobernante", afirmó González, visiblemente distendido, cuando unos jubilados alemanes que visitaban el Mirador del Río, desde donde se contemplan cuatro islotes, pidieron a Kohl retratarse con él. Ni corto ni perezoso, González se apoderó entonces de la cámara para hacerles la instantánea.El mirador fue el punto de partida de un recorrido que abarcó también el jardín de los cactus, proyectado por César Manrique, que acompañó a los jefes de Gobierno en su paseo para enseñarles las más de mil especies de esta planta allí seleccionadas, y concluyó en el parque nacional de Timanfaya, repleto de conos y cráteres volcánicos.
Kohl no desperdició la ocasión de entablar conversación con sus compatriotas dedicados al turismo, arrastrando a su anfitrión a seguir su ejemplo. A González, al que pidió expresamente hace días pasar unas horas con él a solas, le llamaba cariñosamente Philip, poniendo así de relieve su vieja amistad.
Entre los curiosos que se agolpaban en torno al canciller reapareció una alemana que la víspera, en el aeropuerto, le entregó espontáneamente un ramo de flores y le recordó que fue vecina suya hace años en Maguncia aunque ahora residía en Lanzarote. Kohl pretendió reconocerla y la abrazó. Pero a juzgar por el equipo fotográfico que llevaba y la profesionalidad con que se movía la señora, se sospecha que más bien es una paparazzi que se valió del truco de la vecindad para sacar buenas instantáneas.
Temas económicos
A media tarde llegaron senda delegaciones de Bonn y Madrid Curiosamente, en una cumbre prevista para tratar temas comunitarios de índole económica faltaron los responsables de esta disciplina: el titular de Economía, Carlos Solchaga, y su homólogo alemán, Theo Weigel Coincidieron en Washington el fin de semana y decidieron de común acuerdo no acudir a Lanzarote. El portavoz del Gobierno alemán, Dieter Vogel, hizo un llamamiento a los empresarios españoles para que inviertan en el territorio de la ex República Democrática Alemana. Vogel alabó la transformación política y económica española, subrayó el aumento de las exportaciones de productos made in Spain (21% en 1990) a Alemania, aunque el déficit comercial español sigue siendo enorme.
Justo antes de que empezaran las reuniones de trabajo, el jefe de la diplomacia española, Francisco Fernández Ordóñez, recordó que "no hay contenciosos entre ambos países" y que la cumbre estará consagrada a la construcción europea, donde Alemania apoya a España, que reclama que la unión monetaria dé lugar a una mayor solidaridad de los ricos de la CE con los pobres.
[El líder del Congreso Nacional Canario, Antonio Cubillo, acudió ayer al hotel en el que se celebra la cumbre para protestar por lo que calificó de una "mezcla de colonialismo español y alemán", informa Efe. Cubillo añadió que en la cumbre se intenta incrementar la presencia económica y política de Alemania en Canarias].
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