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PULSO EN EL BÁLTICO

Gorbachov justifica la intervención de las tropas contra los nacionalistas lituanos

El presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, justificó ayer que los militares que ocupan la capital lituana, Vilna, se hubiesen puesto al servicio del fantasmagórico Comité de Salvación de Lituania, dominado por los comunistas promoscovitas y representante de los intereses de la población rusohablante en esa república báltica. Horas antes, tanto el ministro de Defensa como el del Interior defendieron la acción de los soldados y culparon a los dirigentes lituanos de la situación.

"La gente fue a la televisión, pero no les dejaron entrar y les golpearon; entonces se dirigieron a los militares para que les ayudaran. Éstos les dieron soldados en calidad de protección", respondió Gorbachov a una pregunta de este corresponsal en el vestíbulo del Sóviet Supremo, al final de la sesión de la mañana. E interrogado sobre si los militares habían actuado bien, dijo: "En lo que concierne a dar protección, sí".Gorbachov explicó a los periodistas que estaba "sumamente presionado", sin especificar de dónde venían esas presiones. También comunicó que había hablado telefónicamente con el líder lituano, Vitautas Landsbergis, y le había manifestado la necesidad de buscar una solución al enfrentamiento actual. Para ello, según Gorbachov, las partes en conflicto deben conversar. "Interlocutores hay -están las fábricas y una serie de organizaciones sociales-, pero no me pareció que Landsbergis tenga disposición al diálogo", agregó. Horas antes, el ministro de Defensa, mariscal Dmitri Yázov, y el del Interior, Borís Pugo, habían defendido ante el Parlamento las acciones de los militares en Vilna. Pugo afirmó que el "brusco empeoramiento de la situación" y la "alta tensión política" en Lituania no sólo se deben a problemas socioeconómicos, sino "ante todo, a las groseras violaciones" de la Constitución de la URSS y de Lituanla y a "la aprobación de leyes anticonstitucionales y antidemocráticas, que pisotean los derechos de los ciudadanos".

Pugo negó categóricamente que desde Moscú se hubiera ordenado disparar a las tropas. Yázov, por su parte, no se contentó con repetir esta ar.gumentación, sino que fue más allá. Según el mariscal, "bajo consignas democráticas se llevaba a cabo una clara y coordinada labor para formar una dictadura de carácter burgués". Yázov dijo que el comandante de la guarnición de Vilna había actuado correctamente "al tomar medidas para mantener el orden" y negó que se hubiera disparado desde los tanques.

Al final de la sesión de la tarde, el presidente Gorbachov, 40 horas después de la tragedia ocu rrida en Vilna, rompió su silencio y se dirigió a los parlamentarios para dar su visión de los hechos. "Hay un gran enfrentamiento. En esencia estamos ante una división de la sociedad de la república", dijo el presidente. Lamentó las muertes ocurridas en la madrugada del domingo y manifestó que había que actuar "sopesada y responsablemente". Sobre su conversación telefónica con Landsbergis, dijo a los diputados que había sido "muy improductiva", y agregó que será muy difícil dialogar "cuando a la cabeza de la república hay semejante gente".

Por las declaraciones de los ministros de Defensa y del Interior está claro que el Kremlin apoya al Comité de Salvación Nacional, un organismo ilegal que ha declarado su voluntad de tomar "todo el poder" en Lituania. El Ejército actúa como un instrumento del imperio, y las autoridades soviéticas lo apoyan, incluido Gorbachov.

Para los demócratas soviéticos resulta poco importante que no haya sido el presidente quien personalmente haya dado la orden de utilizar las tropas. Él tiene la responsabilidad como jefe del Estado y por no haber condenado la actuación de los militares. "Es un deshonor para los seis años de la perestroika", dijo al respecto el presidente de la Federación Rusa, Borís Yeltsin.

Yeltsin, que ayer dio una conferencia de prensa en la que informó del acuerdo firmado el día anterior entre Rusia y las tres repúblicas bálticas, también se refirió al último encuentro que mantuvo con Gorbachov. "Le pregunté que por qué hacía un viraje a la derecha, y me contestó: 'Porque la sociedad está virando a la derecha", dijo Yeltsin.

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