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Manuel Simón

Organiza la visita de la maxima autoridad mundial en relaciones laborales

El próximo mes de febrero, la representación española de la Oficina Internacional del Trabajo de las Naciones Unidas (OIT) cumplirá tres años. Para celebrar el aniversario, el director de la OIT en España, Manuel Simón, organiza un viaje oficial del director general del organismo, Francis Blanchard, a Madrid. La visita, en un momento especialmente delicado de las relaciones entre el mundo laboral y el Gobierno español, tiene, sin embargo, un objetivo comunitario: España pretende adaptar sus planes de ampliación del llamado espacio social europeo a las directrices de la OIT, máximo árbitro mundial en cuestiones relacionadas con la sempiterna tensión entre trabajadores, patronos y Gobiernos.

Manuel Simón, que lleva 31 de :sus 46 años afiliado a UGT y 27 ¡al PSOE, dirige la oficina española de la OIT desde su instalación en Madrid, en 1986. Antes, y durante 10 años, había sido encargado de las relaciones internacionales del sindicato socialista. Piensa, como Blanchard, que España respeta gloibalmente sus compromisos con esta agencia de la ONU, y recuerda que es el país que más convenios de la OIT ha ratificado: 116 de un total de 168.También recuerda que hasta ahora la Administración española ha aceptado siempre los fallos en su contra de los órganos ,de control de la OIT ante recla maciones sindicales, que suelen referirse a insuficientes consultas por parte del Gobierno a los sindicatos o a interpretaciones restrictivas del principio de libertad sindical. Ni UGT ni ,CC OO presentaron reclamaciones ante la OIT relacionadas con la jornada de huelga general ,del pasado 14 de diciembre.

Por todo ello, Simón, ex minero e hijo de un minero que hubo de exiliarse primero en Francia y luego en Bélgica -aún es perceptible en su habla un ligerísimo acento francés-, contempla con tranquilidad y esperanza la visita que Blanchard realizará a España el 7 de Febrero. El director general de la OIT, que se entrevistará con Felipe González, celebrará una jornada de reflexión con los responsables del Ministerio de trabajo, que mantiene una buena y vieja relación con la OIT y con Simón. El citado espacio social europeo será el tema estrella en la visita del máximo responsable mundial en relaciones laborales.

¿Se hablará, durante su e tancia, de las tensas relaciones entre el Gobierno y los sindicatos en España? Difícilmente, opina Manuel Simón, que,c omo delegado en el exilio, participó en el congreso de Suresnes, en 1974, en el que Nicolás Redondo facilitó a Felipe González el acceso al poder en el PSOE. Para Simón, estas tensiones, que desembocaron en el 14-D, no son nuevas en Europa: "Mi experiencia europea me hace ver que no es traumática la tensión entre un sindicato y el partido hermano; ese aprendizaje, a los que hemos vivido muchos años en Europa, no nos asusta".

Simón se refiere con desgana a estas tensiones -"mi obligación es desdramatizarlas"-, y prefiere hablar de los ambiciosos planes que la OIT-España alberga respecto a cooperación con América Latina, Guinea Ecuatorial e incluso la República Popular China. "La OIT sigue considerada como el tribunal que tira de las orejas a los infractores en materia laboral", se lamenta. "Pero también es una agencia de cooperación con los países en vías de desarrollo".

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