Las Kuriles, cuestión clave en el diálogo Moscú-Tokio
La visita del ministro de Asuntos Exteriores soviético, Edvard Shevardnadze, a Tokio, que se inicia hoy, puede desbloquear las relaciones bilaterales entre Japón y la Unión Soviética, sobre todo si los soviéticos deciden incluir en la agenda el litigio que enfrenta a soviéticos y nipones desde el fin de la II Guerra Mundial a causa dé cuatro islas del archipiélago de las Kuriles, al norte de Japón.
La política aperturista de la Unión Soviética gracias a las reformas del presidente Mijail Gorbachov, pueden incidir en una mejora de las relaciones con Japón, en un momento en que ambos países parecen interesados en estrechar, sobre todo, los intercambios comerciales y la cooperación económica. Los cuatro días de estancia de Shevardnadze en Tokio -antes de seguir viaje a Filipinas y Corea del Norte- servirán de antesala a una próxima cumbre entre los principales líderes de Japón y la URSS.Sin embargo, el Gobierno japonés ha antepuesto cualquier incremento de las relaciones con Moscú a la apertura de un diálogo en torno al conflicto territorial. En medios diplomáticos japoneses se espera que durante las conversaciones entre Shevardnadze y su homólogo japonés, Uno, los soviéticos puntualicen un nuevo enfoque en relación a la soberanía de las islas de Etorofu, Kunashiri, Shikotan y Hobamai, que eran territorio japonés antes del término de la II Guerra Mundial.
Las reformas económicas impulsadas por Gorbachov no pueden prescindir de la mejora de relaciones con la economía japonesa. Las empresas niponas pueden aportar tecnología y capital para inversiones en la URSS, junto a programas de cooperación para el desarrollo de la zona asiática de la Unión Soviética. Japón habría ofrecido igualmente a Moscú proyectos de desarrollo conjunto en las zonas asiáticas de la URSS, costeras con Japón.
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