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Carlos Romero negocia la ordenación de la presidencia española de la CE

El Consejo de Ministros de Agricultura de la CE, celebrado el lunes y el martes en Bruselas, finalizó sin acuerdo. El ministro español, Carlos Romero, expresó su preocupación a la presidencia griega y al comisario de Agricultura, Frans Andriessen, por el retraso en la adopción de decisiones, que amenaza con obstaculizar la gestión de la presidencia española.

Los intereses encontrados entre los países del norte y del sur de la CE en temas tan decisivos como las ayudas a la renta de los agricultores, la reforma de las organizaciones comunes de mercado del ovino y del vacuno y el reparto de nuevas cuotas de leche para productores en su día excluidos han paralizado la toma decisiones del Consejo de Ministros de Agricultura, al igual que sucediera hace un mes en Luxemburgo.La incapacidad de la actual presidencia griega para forzar acuerdos representa un peligro de que España herede la resolución de estos problemas y vea así reducido su margen de maniobra durante su presidencia el próximo semestre. Carlos Romero trasladó la preocupación del Gobierno a la Comisión, al ministro de Agricultura griego y a otros colegas en los contactos que, mantuvo hasta ayer durante su estancia en Bruselas. La pretensión es "ordenar la presidencia para evitar el atasco".

Este mismo mensaje ya fue trasladado por Felipe González al presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, en la visita que este último realizó a Madrid el pasado 6 de octubre. Entonces, junto al planteamiento de las carteras a las que aspira nuestro país para sus dos comisarios, Manuel Marín y Abel Matutes, el presidente del Gobierno comunicó los objetivos españoles en política agraria.

Política forestal

El principal interés de la presidencia española se centra en la definición de una política forestal común, actualmente inexistente en la CE, que tenga en cuenta, además del equilibrio ecológico que plantean la RFA, los intereses nacionales sobre conservación de especies, repoblación, lucha contra la erosión y protección contra incendios. La nueva política forestal comunitaria debe encontrar acomodo en el programa sobre el futuro del mundo rural que debate la Comunidad. Además, Agricultura se propone fijar los precios agrarios en abril, como era tradicional hasta hace unos años, lo cual permitiría abordar otros problemas entre "el antes y el después de los precio", según Romero.

España aspira a una presidencia de "manos libres". Para ello, la herencia griega y otros cuatro objetivos inmediatos del Gobierno español (liberación para la mayor parte del territorio de la peste porcina, el reglamento de frutos secos, la subvención a la producción de legumbres para consumo humano y la fijación de precios y cuotas de pesca) deberían quedar resueltos en el Consejo de Ministros de Agricultura a mediados de diciembre.

Como la acumulación de temas sobre la mesa es excesiva, no se descarta la convocatoria de un consejo extraordinario. El problema es que la noche de los cuchillos largos que se avecina para el 17 o 18 de diciembre con el reparto de carteras en el seno de la Comisión acorta el calendario de decisiones. Si antes no se logran acuerdos, España cargará con los temas no resueltos por la presidencia griega.

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