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Las rentas del trabajo supusieron algo más de la mitad del producto interior bruto en 1987

Las rentas del trabajo volvieron a superar en el pasado ejercicio el 50% del producto interior bruto (PIB), después de dos años en los que el excedente bruto de explotación había sido superior, según los datos recogidos en el informe económico anual del Banco Bilbao-Vizcaya. La renta per cápita en 1987 alcanzó la cifra de 723.718 pesetas, calculada al coste de los factores, lo que representa un crecimiento nominal del 10,7% y un aumento real entre el 4,5% y el 4,8% una vez deducido el efecto de la inflación. Ello representa que 1987 fue el año de mayor crecimiento de la renta real personal desde 1974, cuando la crisis económica derivada del precio del petróleo empezó a dejarse sentir sobre la economía española.

Las rentas del trabajo en el conjunto de la riqueza genera da en 1987 se situaron en el 50,1% del producto interior bruto, mientras que un año antes estaban en el 49,8%. La participación del trabajo en el PIB queda de todas formas muy lejos todavía de los niveles alcanzados en 1983, cuando representaban el 53,5% y ello da una idea de la profundidad del ajuste económico llevado a cabo desde entonces cuando se puso cara a la crisis. El ajuste, pues, parece que ha durado cuatro años y que a partir del pasado ejercicio se ha iniciado una cierta recuperación hacia niveles similares a los existentes.La recuperación de los excedentes empresariales, eje básico de la política de ajuste junto con el freno de la inflación, se deja notar por el crecimiento de los intereses y dividendos -que han aumentado un punto en los cinco últimos años- y en el ahorro bruto de sociedades y empresas, que ha pasado de re presentar el 10,6% del PIB al 15,0% del mismo en ese período. Junto a ello las rentas públicas permanecen casi estables, con un crecimiento inferior al medio punto, y las amortizaciones oscilan menos.

Renta "per cápita"

El aumento del peso de las rentas de trabajo en el conjunto de la economía nacional se ha debido sobre todo al crecimiento del empleo asalariado a lo largo de 1987, mientras que el trabajo no asalariado -que fue superior al del asalariado- no ha sido capaz de hacer aumentar el papel de las rentas mixtas dentro del producto interior bruto.De hecho, estas rentas mixtas parecen las más sacrificadas en todo el proceso de ajuste llevado a cabo, ya que han perdido tres en su participación en el PIB.

El salario medio por trabajador, según los datos del Banco Bilbao-Vizcaya, no ha descendido en términos de poder adquisitivo a lo largo de todos estos años de crisis, sino que por el contrario, ha venido aumentando, aunque de forma distinta en cada ocasión. El descenso en el peso de los asalariados en el conjunto se ha debido, por tanto, al fuerte aumento del desempleo en esos mismos años que ha más que compensado el crecimiento real de los salarios de quienes mantenían el empleo.

El aumento del salario real en 1987 fue de 2,11 puntos, superior al de 1983 y 1984, y muy por encima de 1985 y 1986, años en los que el ajuste fue mucho más fuerte y sólo crecieron los salarios reales en torno a 0,4 puntos.

La renta por habitante de los españoles superó las 723.000 pesetas en 1987, con un crecimiento del 10,7% sobre el año anterior. El crecimiento real osciló entre el 4,5% y el 4,8% y representa el ejercicio en el que mayor ha sido desde 1974.

Ello significa que en los dos últimos ejercicios el perfil de la economía española ha cambiado hacia niveles de renta más próximos a los de los países del entorno.

Expresada en dólares, como moneda de referencia para comparaciones internacionales, el crecimiento de la renta per cápita española ha sido del 25,5%. al pasar de 5.810 dólares en 1986 a 6.502 dólares un año después. Este aumento nominal poco tiene que ver con el crecimiento real -el 4,5%- y se debe sobre todo a la fuerte depreciación de la divisa de Estados Unidos frente a la peseta.

Ello significa que medir la riqueza en dólares puede producir efectos distorsionantes elevados a la hora de comparar países entre sí, e incluso si se hace respecto a ejercicios distintos para la misma nación.

Lugar en el mundo

Desde el inicio de la crisis económica hasta ahora, han tenido lugar dos períodos diferenciados. El primero, que se inicia en 1974 y termina 10 años después, presenta un crecimiento del 1, 1 % de la renta real por habitante para el período, lo que representa un aumento anual del 0,1% acumulativo.El segundo período, que empieza en 1984 y llega hasta 1987, presenta un perfil claramente distinto, ya que el crecimiento de la renta por habitante se sitúa en el 10,5%, equivalente a una tasa anual del 3,4%, que representa un cambio notable respecto a la situación anterior. En los años previos a la crisis el crecimiento anual de la renta fue del 4,4%.

El papel de la economía española dentro del conjunto de los países desarrollados se sitúa, medido en volumen de su producto interior bruto expresado en dólares, en el octavo lugar de los países de la Organización de Cooperación y desarrollo Económico (OCDE), seguida por Holanda y Australia.

Pero este puesto se convierte en el 16 si la comparación se hace en PIB por habitante. Dentro de la economía mundial, España es superada, además de por una buena parte de los países de la OCDE, por la URSS, China, India y Brasil que no pertenecen a esta organización pero tienen un PIB global superior al español.

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