Festival Borgnine
Ernest Borgnine no habrá estado nunca en la cúspide de los rompetaquillas, pero, sin lugar a dudas, es un actor por todos conocido y reconocido. Un secundario capaz de salir dos segundos en Veracruz y quedarse con el respetable. Sus ojos de diablucho, sus dientes separados, su oronda robustez han hecho de él un personaje entrañable y simpático aunque pretendiera romper el cráneo de Lee Marvin por los techos de un tren de la depresión. Como actor principal, alcanzó un oscar por Marty, y todavía hizo algunos títulos en esa modalidad antes de volver a su convencional reducto de secundario.Y uno de esos títulos es El rey de Poggioreale, una insustancial comedia entre Robin Hood y Frank Capra donde nuestro hombre domina un barrio napolitano -el Nápoles de Malaparte, durante la ocupación aliada-, se provee de la intendencia de los norteamericanos y alimenta con ella a su pueblo. Un discursillo bienintencionado rocía el producto por todas partes, y su director, Duilio Coletti -especialista en temas bélicos, de Alarma en la flota a Bajo 10 banderas-, hace aguas irremediablemente. Queda el histrionismo de Ernest como máximo y único atractivo (y un nuevo homenaje al recientemente fallecido Lino Ventura, muy secundario aquí).
El rey de Poggioreale se emite esta noche, a las 22.15, en TVE2.
