Pablo Sause, pintor
En accidente de automóvil camino de Galicia, su país natal, falleció el domingo el pintor Pablo Sause; su esposa, la galerista Natalia Soldevilla, que le acompañaba, sufrió heridas leves, de las que convalece en una clínica de Avila. La trágica muerte de este hombre joven (28 años) y dotado tiene en estos momentos, por encima del dolor irremediable que produce a los que le queríamos, una nota amarga y al tiempo lenitiva: su obra, su magnífica y reciente obra pictórica, prevalece, colgada hasta el sábado en la madrileña galería Sen, donde esta exposición, ahora póstuma, se inauguró hace menos de un mes.Sause estaba en un momento crucial de su carrera. Reciente aún el eco de su impresionante muestra individual de finales de 1984 en la Fundación Valdecilla, el pintor había desplegado en los dos últimos años una actividad asombrosa. Exposiciones en Estados Unidos, Francia e Italia, con una obra siempre nueva, que permaneció, vendida, en esos países, y la culminación de estos cuadros actuales de Sen, complejos y a veces turbadores, que evidencian la excelente mano del joven artista. Aunque de carácter independiente y no asociado, por voluntad propia, a capillas ni grupos regionales, la pintura de Sause discurría por los modernos senderos de un expresionismo figurativo en el que la materia del cuerpo, el emblema zoológico y las evocaciones cultas consolidaban un mundo original, lleno de referencias clásicas.
