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Un informe del CESID afirma que De Meer dijo a Gaddafi que preveía "realizar un golpe de Estado"

Carlos Yárnoz

ENVIADO ESPECIAL El consejo de guerra celebrado ayer en Sevilla y presidido por el general Antonio Solanes, decidió, tras ocho horas de deliberación, absolver al coronel Carlos de Meer M presunto delito de abandono de residencia. El tribunal militar se limitó a instar al capitán general de Sevilla a que imponga un correctivo al coronel por una falta grave de abandono de sus deberes militares. En el consejo de guerra se leyó un informe del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID), en el que se afirma que De Meer explicó, en enero de 1986, al líder libio, Muammar el Gaddafi, que preparaba "realizar un golpe de Estado" en España.

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Las acusaciones iniciales no tuvieron ninguna consecuencia judicial

La sentencia, hecha pública a las 23.00 horas de ayer, señala que De Meer, junto con el ultraderechista José Antonio Assiego, salió hacia París por carretera el 23 de enero de 1986 y de la capital francesa marchó en avión a Trípoli, donde habló con Gaddafi. Precisa que carecía de autorización de sus superiores para efectuar el viaje y que regresó a Barcelona el día 27 de ese mes, a las 20.55 horas.El tribunal militar dice que no hay constancia de que esa misma noche hubiera viajado a Madrid -De Meer dice que estaba en la capital de España un día antes, el 26-, por lo que no hay pruebas de que faltara cinco días seguidos de su residencia madrileña, margen mínimo para que el hecho pueda ser constitutivo del delito que se juzgaba. "Ante esta tremenda duda", señala la sentencia, el tribunal decidió absolver a De Meer de tal delito "con todos los pronunciamientos favorables".

El fiscal, Carlos Rodríguez, había pedido en sus conclusiones siete meses de prisión para De Meer, mientras el abogado defensor, José María del Nido, solicitó la absolución.El acto castrense se inició a las 10.00 horas y finalizó a las 14.35, con un breve descanso de 20 minutos. En el escenario del viejo teatro se situó el tribunal, y, frente a él, el acusado. Entre los asistentes figuraban Carlos y Pilar, hijos de De Meer, y medio centenar de militares.

En una sintetizada lectura del sumario, se recordó que De Meer declaró haber viajado a Trípoli el 24 de enero de 1986 y que regresó a su domicilio de Madrid el 26 de enero por la noche. En posteriores declaraciones, De Meer afirmó que se entrevistó con Gaddafi el día 26, por la mañana, con el fin de pedirle dinero "para un periódico de carácter nacional".

Se recordó también que la Audiencia Nacional archivó la causa abierta por el delito de conspiración para la rebelión. La divergencia entre el fiscal y la defensa quedó así: para el fiscal, el coronel De Meer salió de Madrid hacia Libia el 23 de enero de 1986 y no regresó a la capital de España hasta el día 29 del mismo mes; para la defensa, salió el 24 y regresó el 26. El Código de Justicia Militar señala que el delito de abandono de residencia, para el que se fija una pena de tres meses a tres años de prisión, se da cuando la ausencia es superior a cinco días.

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Una democracia orgánica

A petición del fiscal, se leyó un informe redactado por el CESID el 7 de mayo de 1986 (dos días antes de la detención de De Meer), en el que se dice que mientras se hacía un seguimiento al diplomático libio Saed Esmaiel se comprobó que éste, De Meer y los ultraderechistas José Antonio Assiego y Enrique Moreno mantuvieron una reunión en un hotel de Madrid el 17 de enero de 1986, en la que De Meer habló de su "propósito de organizar un grupo político" y se organizó la visita a Trípoli.

Siempre según el CESID, De Meer habló a Gaddafi de la "realización de un golpe de Estado" para instaurar una democracia orgánica. Preveía la ruptura de relaciones con Israel y la CE. Gaddafi prometió "cuantiosa ayuda económica". Este informe del CESID lo firma el director del Centro, general Emilio Alonso Manglano.

En el interrogatorio De Meer dijo que se entrevistó con Gaddafi de las diez a las once de la mañana del día 26 de enero de 1986. Insistió en que volvió a Madrid ese mismo día, y, al preguntarle el fiscal por qué no pidió permiso para el viaje, respondió: "No tiene ninguna explicación. Lo hice así y lo hice".

Como testigos -inicialmente presentados por la defensa y que ayer declararon a petición del fiscal- se presentaron el general José Chicharro, de 71 años, y los coroneles Guillermo Miranda, Francisco Sastre, Carlos Serra, Bernardo Cantarel y Ángel Sevillano. Todos ellos, vecinos o compañeros del procesado, aseguraron que Vieron a Carlos de Meer en Madrid el día 26 por la noche.

En su escrito de conclusiones, Del Nido dijo que "el castillo de arena se derrumba" porque "pruebas no encontrarán ninguna" para demostrar que De Meer se ausentó de Madrid más de 57 horas.

"SI hoy aquí se imparte justicia, que se dicte la absolución", afirmó. El fiscal dijo que hay pruebas -las del CESID- de la ausencia de De Meer entre el 23 y el 29 de enero de 1986.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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