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Crítica:TRES MESES DE CINE EN TVE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Mucho malo contra poco bueno

Mas de un centenar de películas de largometraje ocupa la programación cinematográfica de este trimestre -meses de enero, febrero y marzo- en Televisión Española.Por estas fechas nos encontramos casi en el ecuador del plazo, por lo que, si se tiene en cuenta que las películas se emiten siempre en espacios establecidos, enteramente previstos, y que es rara alguna supresión en ellos y más raro aún que se produzca algún añadido en forma de emisión excepcional, se puede aventurar, con basamento informativo suficiente un balance de lo ya visto y un juicio entre paréntesis de lo que nos queda por ver.

Escolta y relleno

Entre enero y lo que va de febrero, lo visto en el apartado televisivo dedicado al cine, que -por su continuidad, su volumen y su carácter sistemático- constituye el entretejido de una buena parte de la firmeza y la continuidad de la audiencia de TVE, ofrece un saldo no del todo atractivo.

Después de una media estimable, sostenida en los meses finales de 1986, parece que las cuatro primeras semanas de 1987 han optado por cierto desequilibrio, apoyado en una filosofía consistente en programar algunos innegables platos fuertes que, como los tanques blindados hacen con los soldados de a pie, ocultan o callan la boca al posible protestón, ante una nutrida estela de endebles películas que les sirven de escolta y de relleno.

Esto es lo que más o menos viene ocurriendo desde siempre, pero creemos que ahora se produce con mayor definición tanto en el platillo de la alta calidad de los platos fuertes -que con frecuencia parecen esmeradísimamente elegidos- como de la medianía de los rellenos, que bien mirado en ocasiones resulta poco menos que impresentable.

En el mes de enero, por ejemplo, se emitieron un total de 37 largometrajes. Cuatro de, ellos son realmente excepcionales: Lenny, Cabaret, Rebeca y Los mejores años de nuestra vida. Bajo estas joyas hay una, zona intermedia con ocho o nueve filmes de calidad, algunos maravillosos pero ya sobradamente conocidos e incluso emitidos en más de una ocasión. Y finalmente hay 24 o 25 películas mediocres o de calidades cuando menos dudosas. Creemos, y no creemos exagerar, que son demasiadas.

Los mismos porcentajes -en una estadística de cuenta de la vieja- se reproducen en lo que va y, por la pinta, también en lo que queda del mes de febrero, donde los platos fuertes de Bellísima, Sospecha, El milagro de Ana Sullivan y Lolita llevan detrás a un puñado de filmes sin duda interesantes y un bastante mayor número de filmes sin ningún o con escaso interés.

Tres filmes geniales

Y la previsión para el próximo mes de marzo no cambia, según todos los síntomas, mucho las cosas, lo que da lugar -seguimos con las imprecisiones de la cuenta a dedo, que nada dice exacto pero que raramente comete errores gruesos- a un balance de bondades, medianías y maldades por el estilo de las enunciadas: de las aproximadamente 100 películas programadas, alrededor de 60 carecen por completo de interés, alrededor de 25 tienen alguno y unas 12 o 15, mucho interés. Por ejemplo, y entre otras, Hatari, La ronda o La roja insignia del valor, tres obras geniales de Hawks, Ophuls y Huston, no se, si inéditas en TVE, pero si, caso de no serlo, lo bastante lejanas para parecerlo.

No es éste, a muestro parecer, un buen abanico de repartos de calidades para un bloque de horas de televisión que, por sí solas, son uno de los principales y más efectivos reclamos de audiencia del medio. Es inevitable que entre tanto filme haya que aplicar el dicho del "no son todos los que están", pero lo cierto es que el peso de los que no son suena esta vez a excesivo, como complementariamente suena a exiguo el paquete de los que sí son y merecen convocar los hilos de la atención masiva.

De seguir con estos altibajos, entre la maravilla a cuentagotas y el chaparrón de cine de cuarta clase, la resistente gran audiencia del cine en TVE puede huir o, algo peor, entibiar su pasión. Y la hipótesis de menos películas, pero con un aumento serio del porcentaje de las mejores -que es perfectamente posible-, suena en este primer trimestre de 1987 a hipótesis paradisíaca.

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