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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Triunfo gubernamental en Brasil

LAS ELECCIONES que han tenido lugar el sábado pasado en Brasil han dado una victoria arrolladora al principal partido de la coalición gubernamental, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que obtiene -según datos aún provisionales- la mayoría absoluta en la Asamblea Constituyente y unos 20 gobernadores de Estados, de los 23 Estados que integran la República Federal de Brasil. La importancia de esta consulta es considerable, ya que son las primeras elecciones que se celebran en Brasil en condiciones democráticas desde hace más de 30 años. Es cierto que la dictadura militar desapareció en enero de 1985, pero el tránsito se hizo en unas condiciones muy particulares y sin que los electores pudiesen expresar directamente su opinión. Ahora la democracia queda asentada de un modo más firme. Recordemos que, en los años 1983 y 1984, impresionantes movilizaciones populares exigiendo la elección del presidente de la República por sufragio universal obligaron a los militares a hacer ciertas concesiones. Sin embargo, la elección del presidente, en enero de 1985, se hizo por un colegio restringido y dentro de la legalidad establecida por los militares. A pesar de las maniobras que ese marco facilitaba, el candidato de¡ Ejército fue derrotado y triunfó el veterano líder del PMDB Tancredo Neves. Victoria facilitada porque un grupo político que había sostenido a la dictadura se pasó a la causa democrática; al frente de este grupo estaba José Sarney. Éste fue elegido vicepresidente, pero tuvo que asumir la Presidencia a causa de la muerte dramática de Neves antes de tomar posesión. Desde entonces gobierna con una coalición de su partido, el Frente Liberal, y el PMDB.Los puntos más sensibles de las elecciones del sábado eran la composición de la futura Cámara y loscargos de gobernador en los dos Estados fundamentales, Sao Paulo y Río de Janeiro. En los dos primeros casos el PMDB ha ganado, y en Río la situación se decanta también a favor del PMDB contra el del partido trabahista de Lionel Brizola líder populista de indiscutible carisma que aspira a la Presidencia de la República. En todo caso, el Partido Democrático Social, que fue el apoyo político de la dictadura, sale derrotado. Por otra parte, y a pesar de que José Sarney ha logrado prestigiarse como presidente de la nueva democracia, su partido, el Frente Liberal, ha retrocedido de modo sensible. El triunfo del PMDB confirma la voluntad democrática de las grandes masas. Pero, a la vez, en un país tan extenso y multifacético en el que es casi imposible realizar un proyecto político a escala nacional, demuestra la eficacia de una red muy articulada de políticos profesionales ligados a las oligarquías tradicionales y también a las que han surgido en la etapa de auge económico. Este desarrollo industrial se ha hecho con un altísimo coste social y ha engendrado, o agravado, zonas en las que la miseria es terrible. Sin embargo -aparte del populismo de un Brizola-, las fuerzas políticas de izquierda siguen siendo muy minoritarias y la expresión en el campo político y electoral de situaciones sociales insoportables es bastante limitada.

La Cámara que acaba de ser elegida tiene que elaborar la nueva Constitución de Brasil; un tema candente, y nada teórico, será el de la forma de elección del presidente y la duración de su mandato. Sarney quiere permanecer los seis años que era el plazo legal en el momento de su elección, olvidando que Neves asumió el compromiso de acortar ese mandato y de promover una elección por sufragio universal. Ahora, con el gran triunfo de su partido, el líder del PMDB, Ulysses Guimaraes, tiene mayores posibilidades de llevar a cabo la demanda de amplios sectores que quieren la elección directa y en un plazo no lejano. Ello coincide con la pretensión de Guimaraes de ocupar la Presidencia de la República. En el conflicto que este problema va a suscitar en la coalición gubernamental, el PMDB podrá hablar ahora con redoblada energía.

No es posible ignorar el significado de estas elecciones para toda América Latina; basta mirar un mapa para comprender que lo que ocurre en Brasil repercute en todo el continente. La consulta del sábado pasado reafirma que el desarrollo democrático del subcontinente americano progresa, pese a dificultades gigantescas, con el apoyo de los pueblos. Por ello es un paso más en el aislamiento de las dictaduras de Paraguay y Chile, y un estímulo para avanzar en los planes de coordinación económica y política de las democracias latinoamericanas dibujados por los presidentes Alfonsín, Sanguinetti y Sarney en julio pasado.

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